viernes, 17 de agosto de 2007

La Pasión por Correr


jueves, 16 de agosto de 2007

Mi Gusto Es... embajada del sabor de Sinaloa en la colonia Narvarte

La nostalgia, motor de tres jóvenes para acercar una auténtica tradición culinaria de su tierra

Ambientado con palmeras, al restaurante sólo le falta "el mar para ser el malecón de Mazatlán": Rubén Corona, gerente
La tonta, la borracha y los diablitos, algunas de las bebidas que se ofrecen
PAULA MONACO FELIPE

La Jornada
16 de Agosto 2007

Rubén Corona muestra una de las especialidades de la casa: mariscos con salsa agridulce, cebollas y pepinos, en molcajete Foto: María Meléndrez Parada
"Mi gusto es y quien me lo quitará; solamente Dios del cielo me lo quita (...) Pero jovencita yo te he de seguir amando; pero chamaquita yo te he de seguir los pasos; y aunque me den de cuetazos, tope en eso, al cabo mi gusto es", dice la popular canción ranchera, escrita por Alfonso Esparza Oteo.
Y en la colonia Narvarte de esta ciudad, Mi Gusto Es... corresponde a una suerte de embajada del sabor norteño, un lugar imprescindible para quienes gusten de los mariscos y pescados frescos preparados al estilo de Sinaloa y Sonora en ambiente relajado, amable y sencillo, con rancheras, corridos y música de banda como fondo.
Hace tres años, un par de amigos sinaloenses abrió un pequeño local como ocupación de fin de semana, sin más propósito que saciar su nostalgia culinaria, "porque son de allá y no había un lugar con comida verdaderamente de allá", comenta Lorena Rodríguez, jefa de piso.
Pero la realidad sobrepasó las previsiones, la afluencia creció y el local debió duplicarse. En poco tiempo resultó otra vez insuficiente y fueron abriéndose más espacios allí, además de tres sucursales en Toluca, estado de México, en Puebla, y en Cuernavaca, Morelos, y una próxima a inaugurarse en Polanco.
La marisquería de la Narvarte cuenta con 33 trabajadores y tiene capacidad para recibir a unas 120 personas distribuidas en tres locales, que se encuentran sobre la misma calle, que deberá transitarse en busca de lugar, pasando por un taller mecánico y un cibercafé que quedaron en medio del territorio norteño.
Ambientado con palmeras, "sólo faltó el mar para que sea el malecón de Mazatlán", bromea el gerente, Rubén Corona.
Para los "compas"
"Aquí todo es ciento por ciento Sinaloa", advierten los responsables del restaurante. Y hasta el más mínimo detalle lo confirma, porque las expresiones norteñas abundan, la cerveza se enfría en hieleras y hasta los carteles dirigidos a los comensales empiezan con la palabra "compa".
El 90 por ciento de los clientes es originario del norte, y la mayoría llega allí "porque se ha pasado la voz", comenta Rodríguez.
Sin embargo, también se ha convertido en uno de los sitios preferidos de los deportistas (sobre todo peloteros y futbolistas), actores, cantantes y otros miembros de la farándula, además de policías de la PFP "porque los van rolando y los que son del norte o les tocó por allá luego extrañan", comentan.
Sobre el por qué de tan surtida y especial clientela, el gerente asegura que las personas "están a gusto, cómodos, no tienen que llegar a un lugar formal".
Rodríguez agrega "aquí no tienen que guardar apariencias, es un restaurante ciento por ciento de la gente, hecho para que se sienta en su casa, y la comida es lo que más les gusta".
El jefe de cocina, Jorge Ibarra, recomienda el molcajete Mi Gusto Es, "porque trae de todo un poco" y es que el vistoso platillo, servido en un molcajete, incluye varios mariscos con salsa agridulce, cebollas y pepinos.
El gerente sugiere el pescado zarandeado, "porque se asa en las brasas, igual que las verduras que lo acompañan, y se puede disfrutar en familia".
Rodríguez, jefa de piso, dice que lo bueno es el aguachile, rojo o verde, "porque es un vuelve a la vida: si llegas crudo o no muy bien te levanta y además tiene un saborcito muy especial que no encuentras en otros platos o cocinas.
"Aquí están acostumbrados a comer el camarón (y los mariscos) al estilo veracruzano, pero este sabor (del norte) es muy diferente", agrega.
Conscientes de la dificultad y el peligro que significa servir mariscos, los responsables aseguran que cuidan mucho el manejo de los insumos, que llegan dos veces a la semana "desde allá", y se elaboran prácticamente al momento de su consumo.
Más allá de las recomendaciones, la oferta es muy amplia y amerita varias visitas, porque incluye aguacallo, tacos gobernador (con machaca de camarón o marlin), gigantescas tostadas, cocteles y toritos, que son chiles norteños rellenos de camarón o marlin.
También camarones hawai (con piña) y cocosteños, empanizados en coco y bañados en salsa de mango.
Todos ellos, acompañados con la picosísima salsa de la casa preparada con base en chiltepín y un cajón con una batería de otros 10 aderezos, que incluyen especialidades norteñas como Huichol (de Tepic, con chile cascabel), La Guacamaya (de Culiacán, con chiles varios) y Don Leonardo (de Mazatlán, con chile de árbol).
Bebidas y postres de recetas de la casa completan el menú, porque hay flan con rompope, arroz con leche, pastel tres leches, mil hojas, tartas, pie de limón, café y té.
Además, agua de cebada y bebidas locales como la tonta (ostión, cerveza y clamato) "porque te desatonta"; la borracha (chiltepín, almeja y caldo) "porque te lo quita"; y otra de camarón, ostión y cerveza.
Tan destacadas son las cualidades de estos brebajes que hay ocasiones en que los empleados cuando llegan a trabajar se encuentran con una fila de crudos que piden: "¡sáquenme lo que sea!"
A los clientes nuevos se les recomienda pedir diablitos, cuya receta no se devela porque constituye la particular bienvenida de la casa.
Porciones abundantes. Costo promedio de 200 a 250 con entrada, plato fuerte y cerveza. Abierto todos los días, inclusive festivos, hasta las 19 horas entre semana y media hora más tarde de viernes a domingo.
En fines de semana se recomienda reservar o llegar temprano y tener paciencia.
Mi Gusto Es, Diagonal San Antonio 1709, casi esquina Dr. Vértiz, colonia Narvarte, teléfonos 5235-3217 y 5235-3218.

miércoles, 15 de agosto de 2007

Juan Pablo II, El Humanista.

LA LIBERTAD
"Estamos en el mundo sin ser del mundo, constituidos entre los hombres como signos de la verdad y de la presencia de Cristo para el mundo. Le entregamos todo nuestro ser concreto como expresión suya, para que Él siga pasando haciendo el bien". (Cf. Act 10, 38)

"El verdadero conocimiento y la auténtica libertad se hallan en Jesús. Dejad que Jesús forme parte siempre de vuestra hambre de verdad y justicia, y de vuestro compromiso por el bienestar de vuestros semejantes".

"La libertad, en todos sus aspectos, debe de estar basada en la verdad. Deseo repetir aquí las palabras de Jesús: "Y la verdad os librará" (Jn 8, 32). Es, pues, mi deseo que vuestro sentido de la libertad pueda siempre ir de la mano con un profundo sentido de verdad y honestidad acerca de vosotros mismos y de las realidades de vuestra sociedad".

"Solamente la libertad que se somete a la Verdad conduce a la persona humana a su verdadero bien. El bien de la persona consiste en estar en la Verdad y en realizar la Verdad". (Enc. Esplendor de la Verdad)


LA VIDA
"Me afecta cualquier amenaza contra el hombre, contra la familia y la nación. Amenazas que tienen siempre su origen en nuestra debilidad humana, en la forma superficial de considerar la vida".

"Queremos AMAR COMO TÚ, que das la vida y te comunicas con todo lo que eres. Quisiéramos decir como San Pablo: «Mi vida es Cristo» (Flp. 1, 21). Nuestra vida no tiene sentido sin ti".

"La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver reconocidos sus derechos de persona, entre los cuales está el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida".

"El respeto a la vida es fundamento de cualquier otro derecho, incluidos los de la libertad".

"Todo ser humano, desde su concepción, tiene derecho a nacer, es decir, a vivir su propia vida. No sólo el bienestar, sino también, en cierto modo, el ser mismo de la sociedad, dependen de la salvaguardia de este derecho primoldial. Si se niega al niño por nacer este derecho, resultará cada vez más difícil reconocer sin discriminaciones el mismo derecho a todos los seres humanos".


LA FAMILIA

"La familia está llamada a ser templo, o sea, casa de oración: una oración sencilla, llena de esfuerzo y ternura. Una oración que se hace vida, para que toda la vida se convierta en oración".

"A una familia que hace oración no le faltará nunca la conciencia de la propia vocación fundamental: la de ser un gran camino de comunión".

"La familia es para los creyentes una experiencia de camino, una aventura rica en sorpresas, pero abierta sobre todo a la gran sorpresa de Dios, que viene siempre de modo nuevo a nuestra vida".

"El hombre es esencialmente un ser social; con mayor razón, se puede decir que es un ser familiar".

"El futuro depende, en gran parte, de la familia, lleva consigo el porvenir mismo de la sociedad; su papel especialísimo es el de contribuir eficazmente a un futuro de paz”.

Que toda familia del mundo pueda repetir con verdad lo que afirma el salmista: "Ved qué dulzura, qué delicia, convivir los hermanos unidos” (Sal 133, 1).

"El matrimonio y la familia cristiana edifican la Iglesia. Los hijos son fruto precioso del matrimonio". (Familiaris Consortio 14, 16)

La acogida, el amor, la estima, el servicio múltiple y unitario –material, afectivo, educativo, espiritual– a cada niño que viene a este mundo, debería constituir siempre una nota distintiva e irrenunciable de los cristianos, especialmente de las familias cristianas; así los niños, a la vez que crecen "en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres", serán una preciosa ayuda para la edificación de la comunidad familiar para la misma santificación de los padres. (Familiaris Consortio, 1981)

La familia es "base de la sociedad y el lugar donde las personas aprenden por vez primera los valores que les guían durante toda su vida".

"Los padres tienen derechos y reponsabilidades específicos en la educación y la formación de sus hijos en los valors morales, especialmente en la dificíl edad de la adolescencia".

"Los padres de familia que tienen la responsabilidad de la educación humana y cristiana de los hijos, confiando también en la ayuda experta de educadores y catequistas serios y bien formados".

"Ayudad a vuestros hijos a salir al encuentro de Jesús, para conocerlo mejor y para seguirlo, entre las tentaciones a las que están continuamente expuestos, sobre el camino que lleva a la auténtica felicidad".

"Todos los católicos, en especial los casados deben ser los primeros en testimoniar la grandeza de la vida conyugal y familiar con una acción catequética y educativa más incisiva y constante, que permita incentivar el ideal cristiano de comunión conyugal fiel e indisoluble".

"Políticas familiares basadas en la esterilización masiva, en la promoción del aborto o del divorcio producen «resultados dramáticos»: la desintegración de la célula fundamental de la sociedad".


DIOS Y LA PERSONA HUMANA
"La libertad de buscar y decir la verdad es un elemento esencial de la comunicación humana, no sólo en relación con los hechos y la información, sino también y especialmente sobre la naturaleza y destino de la persona humana, respecto a la sociedad y el bien común, respecto a nuestra relación con Dios".

"La persona humana tiene una necesidad que es aún más profunda, un hambre que es mayor que aquella que el pan puede saciar –es el hambre que posee el corazón humano de la inmensidad de Dios".

"La caridad procede de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y a Dios conoce... porque Dios es amor (1 Jn 4, 7-9). Solamente lo que es construido sobre Dios, sobre el amor, es durable".

"El campamento además de unas vacaciones aventureras, se convierte en un encuentro con Dios, con vosotros mismos y con los otros; encuentro favorecido por una profunda revisión de vida a la luz de la Palabra de Dios".

"Dios, creador de todas las cosas y Señor del cosmos, está unido con cada hombre y mujer por una relación de amor".

"Incluso cuando Dios parece guardar silencio ante la opresión, la injusticia o el sufrimiento, sigue amando al ser humano y sale en su ayuda si es invocado".

"Dios se deja conquistar por el humilde y rechaza la arrogancia del orgulloso".


EVANGELIZACIÓN
"¡Como los Reyes Magos, sed también vosotros peregrinos animados por el deseo de encontrar al Mesías y de adorarle! ¡Anunciad con valentía que Cristo, muerto y resucitado, es vencedor del mal y de la muerte!".

"Pero, si vais a ser eficaces predicadores de la Palabra, debéis ser hombres de fe profunda, y a un tiempo oyentes y operadores de la Palabra".

"La Palabra de Dios es digna en todos vuestros esfuerzos. Abrazarla en toda su pureza e integridad, y difundirla con el ejemplo y la predicación, es una gran misión. Esta es vuestra misión hoy, mañana y el resto de vuestras vidas".

"La Iglesia necesita muchos y cualificados evangelizadores que, con nuevo ardor, renovado entusiasmo, fino espíritu eclesial, desbordantes de fe y esperanza, hablen cada vez más de Jesucristo".

"Es vital que el llamamiento de Cristo a hacer discípulos sea anunciado y vivido con convicción por cada cristiano".

"Inculturación es lo que permite a la Iglesia encarnar el Evangelio en las diferentes culturas, asumiendo lo que hay de bueno en estas culturas, y renovándolas desde su interior. La inculturación constituye un camino hacia una plena evangelización para que todo hombre pueda acoger a Jesucristo en la integridad de su ser personal, cultural, económico y político, de cara a su plena y total unión con Dios Padre y de una vida santa bajo la acción del Espíritu Santo".

"Es necesario vivir en la adhesión a la voluntad divina, ofrecer el pan a los hambrientos, visitar a los prisioneros, apoyar y consolar a los enfermos, defender y acoger a los extranjeros, dedicarse a los pobres y míseros".

"Acompañad a vuestros alumnos con paciencia y sabiduría; esforzaos en abrir sus mentes y sus corazones a la verdad y al bien, educándolos en la auténtica justicia y en la paz".

"Confió el «compromiso de la paz» sobre todo a los jóvenes es indispensable educar a las nuevas generaciones en la paz, que debe convertirse cada vez más en estilo de vida".


LOS JÓVENES
"Vosotros sois la sal de la tierra... Vosotros sois la luz del mundo". (Mt 5, 13-14). Mensaje del Santo Padre Juan Pablo II para la XVII Jornada Mundial de la Juventud.

"¡La Iglesia os mira con confianza, y espera que seáis el pueblo de las bienaventuranzas!”. Mensaje del Santo Padre Juan Pablo II para la XVIII Jornada Mundial de la Juventud. 25 de julio 2002.

"Gracias a todos los jóvenes de habla hispana. No teman responder generosamente al llamado del Señor. Dejen que su fe brille en el mundo, que sus acciones muestren su compromiso con el mensaje salvífico del Evangelio!”. Saludo final del Papa Juan Pablo II a los participantes de la JMJ 2002 Downsview Lands, Toronto, 28 de julio 2002.

"¡Vivid comprometidos, en la oración, en la atenta escucha y en el compartir gozoso estas ocasiones de “formación permanente”, manifestando vuestra fe ardiente y devota! ¡Como los Reyes Magos, sed también vosotros peregrinos animados por el deseo de encontrar al Mesías y de adorarle! ¡Anunciad con valentía que Cristo, muerto y resucitado, es vencedor del mal y de la muerte!".

"También vosotros, queridos jóvenes, os enfrentáis al sufrimiento: la soledad, los fracasos y las desilusiones en vuestra vida personal; las dificultades para adaptarse al mundo de los adultos y a la vida profesional; las separaciones y los lutos en vuestras familias; la violencia de las guerras y la muerte de los inocentes. Pero sabed que en los momentos difíciles, que no faltan en la vida de cada uno, no estáis solos: como a Juan al pie de la Cruz, Jesús os entrega también a vosotros su Madre, para que os conforte con su ternura". Mensaje del Santo Padre Juan Pablo II para la XVIII Jornada Mundial de la Juventud. 25 de julio 2002.

"Queridos jóvenes, ya lo sabéis: el cristianismo no es una opinión y no consiste en palabras vanas. ¡El cristianismo es Cristo! ¡Es una Persona, es el Viviente! Encontrar a Jesús, amarlo y hacerlo amar: he aquí la vocación cristiana". Mensaje del Santo Padre Juan Pablo II para la XVIII Jornada Mundial de la Juventud. 25 de julio 2002.

"Queridos jóvenes, sólo Jesús conoce vuestro corazón, vuestros deseos más profundos. Sólo Él, que os ha amado hasta la muerte, (cfr Jn 13, 1), es capaz de colmar vuestras aspiraciones. Sus palabras son palabras de vida eterna, palabras que dan sentido a la vida. Nadie fuera de Cristo podrá daros la verdadera felicidad". Mensaje del Santo Padre Juan Pablo II para la XVIII Jornada Mundial de la Juventud. 25 de julio 2002.

"Ahora más que nunca es urgente que seáis los “centinelas de la mañana”, los vigías que anuncian la luz del alba y la nueva primavera del Evangelio, de la que ya se ven los brotes. La humanidad tiene necesidad imperiosa del testimonio de jóvenes libres y valientes, que se atrevan a caminar contra corriente y a proclamar con fuerza y entusiasmo la propia fe en Dios, Señor y Salvador.” Mensaje del Santo Padre Juan Pablo II para la XVIII Jornada Mundial de la Juventud. 25 de julio 2002.


LA CRUZ
"La cruz ha venido a ser para nosotros la Cátedra suprema de la verdad de Dios y del hombre. Todos debemos ser alumnos de esta Cátedra en curso o fuera de curso. Entonces comprenderemos que la cruz es también cuna del hombre nuevo".

"Donde surge la Cruz, se ve la señal de que ha llegado la Buena Noticia de la salvación del hombre mediante el amor. Donde se levanta la cruz, está la señal de que se ha iniciado la evangelización".

"La cruz se transforma también en símbolo de esperanza. De instrumento de castigo, se convierte en imagen de vida nueva, de un mundo nuevo".

"La cruz, en la que se muere para vivir; para vivir en Dios y con Dios, para vivir en la verdad, en la libertad y en le amor, para vivir eternamente".

"El misterio de la Cruz y de la Resurrección nos asegura, sin embargo, que el odio, la violencia, la sangre, la muerte no tienen la última palabra en las vivencias humanas. La victoria definitiva es de Cristo y tenemos que volver a empezar desde Él, si queremos construir para todos un futuro de paz, justicia y solidaridad auténticas".

"El Viernes Santo, con la adoración de la Cruz, celebramos la pasión y muerte de Jesús. El Sábado Santo, día de clara esperanza, en oración con María esperaremos la Resurrección. En la Noche Santa de Pascua, todo se renueva en Cristo resucitado y se expresa con el alegre canto del Gloria y del Aleluya".


EL SUFRIMIENTO

"Las palabras de la oración de Cristo en Getsemaní prueban la verdad del sufrimiento".

"Getsemaní es el lugar en el que precisamente este sufrimiento, expresado en toda la verdad por el profeta sobre el mal padecido en el mismo, se ha revelado casi Espiritualmente ante los ojos de Cristo".

"El sufrimiento humano ha alcanzado su culmen en la pasión de Cristo".

"La cruz de Cristo se ha convertido en una fuente de la que brotan ríos de agua viva".

"En la cruz de Cristo no solo se ha cumplido la redención mediante el sufrimiento, sino que el mismo sufrimiento humano ha quedado redimido".

"Pido para vosotros la gracia de la luz y de la fuerza Espiritual en el sufrimiento, para que no perdáis el valor, sino que descubráis individualmente el sentido del sufrimiento y podáis, con la oración y el sacrificio, aliviar a los demás".


CONFIANZA EN DIOS
"Sabed también vosotros, queridos amigos, que esta misión no es fácil. Y que puede convertirse incluso en imposible, si sólo contáis con vosotros mismos. Pero lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios". (Lc 18, 27; 1, 37).

"Los verdaderos discípulos de Cristo tienen conciencia de su propia debilidad. Por esto ponen toda su confianza en la gracia de Dios que acogen con corazón indiviso, convencidos de que sin Él no pueden hacer nada (cfr Jn 15, 5). Lo que les caracteriza y distingue del resto de los hombres no son los talentos o las disposiciones naturales. Es su firme determinación de caminar tras las huellas de Jesús".

"Dios no es un ser indiferente o lejano, por lo que no estamos abandonados a nosotros mismos".

"En las inevitables pruebas y dificultades de la existencia, como en los momentos de alegría y entusiasmo, confiarse al Señor infunde paz en el ánimo, induce a reconocer el primado de la iniciativa divina y abre el espíritu a la humildad y a la verdad".

"En el corazón de Cristo encuentra paz quien está angustiado por las penas de la existencia; encuentra alivio quien se ve afligido por el sufrimiento y la enfermedad; siente alegría quien se ve oprimido por la incertidumbre y la angustia, porque el corazón de Cristo es abismo de consuelo y de amor para quien recurre a Él con confianza".


LA PAZ
"La paz es uno de los bienes más preciosos para las personas, para los pueblos y para los Estados".

"En este tiempo amenazado por la violencia, por el odio y por la guerra, testimoniad que Él y sólo Él puede dar la verdadera paz al corazón del hombre, a las familias y a los pueblos de la tierra. Esforzaos por buscar y promover la paz, la justicia y la fraternidad. Y no olvidéis la palabra del Evangelio: Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios". (Mt 5, 9).

"La paz y la violencia germinan en el corazón del hombre, sobre el cual sólo Dios tiene poder".

"La violencia jamás resuelve los conflictos, ni siquiera disminuye sus consecuencias dramáticas".

"¡Hombres y mujeres del tercer milenio! Dejadme que os repita: ¡abrid el corazón a Cristo crucificado y resucitado, que viene ofreciendo la paz! Donde entra Cristo resucitado, con Él entra la verdadera paz".

"Que nadie se haga ilusiones de que la simple ausencia de guerra, aun siendo tan deseada, sea sinónimo de una paz verdadera. No hay verdadera paz sino viene acompañada de equidad, verdad, justicia, y solidaridad".

"La verdadera reconciliación entre hombres enfrentados y enemistados solo es posible, si se dejan reconciliar al mismo tiempo con Dios".

"No hay paz sin justicia, no hay justicia sin perdón".

"El diálogo, basado en sólidas leyes morales, facilita la solución de los conflictos y favorece el respeto de la vida, de toda vida humana. Por ello, el recurso a las armas para dirimir las controversias representa siempre una derrota de la razón y de la humanidad".

"Hay que alentar con firme determinación el camino del diálogo y de la mutua comprensión en el respeto de las diferencias, de forma que la auténtica paz pueda lograrse y tenga lugar el encuentro entre los pueblos en un contexto de solidario acuerdo".

"La auténtica religión no apoya el terrorismo y la violencia, sino que busca promover de toda forma posible la unidad y la paz de la familia humana".

"La guerra es siempre una derrota de la humanidad".

"La violencia y las armas no pueden resolver nunca los problemas de los hombres".

"La verdad y la solidaridad son dos elementos claves que permiten a los profesionales de los medios de comunicación convertirse en promotores de la paz".

"Los invito a cada uno a comprometerse cada día en el seguimiento de Cristo para rechazar la violencia, que es un camino sin futuro, y para construir una paz duradera fundada en la justicia y el respeto de las personas".

"El derecho internacional, el diálogo leal, la solidaridad entre los Estados, el ejercicio tan noble de la diplomacia son los medios dignos de los hombres y de las naciones para superar sus contiendas".

"Valorar los recursos humanos endógenos significa garantizar el equilibrio sanitario y, en definitiva, contribuir a la paz del mundo entero".

"Es un deber para los creyentes, cualquiera sea su religión, proclamar que nunca podremos ser felices unos contra otros; nunca el futuro de la humanidad podrá ser asegurado con el terrorismo y la lógica de la guerra".

"Los creyentes de todas las religiones, junto con los hombres de buena voluntad, abandonando cualquier forma de intolerancia y discriminación, están llamados a construir la paz".

"Nosotros los cristianos, en particular, estamos llamados a ser centinelas de la paz, en los lugares donde vivimos y trabajamos; es decir, se nos pide que vigilemos para que las conciencias no cedan a la tentación del egoísmo, de la mentira y de la violencia".

"No habrá paz en la tierra mientras perduren las opresiones de los pueblos, las injusticias y los desequilibrios económicos que todavía existen".

"Pero para que tengan lugar los cambios estructurales deseados, no son suficientes iniciativas e intervenciones externas; se requiere ante todo una conversión conjunta de los corazones al amor".

"Elevemos nuestras oraciones al Señor para que el amor venza al odio y para que la paz, la justicia y la solidaridad crezcan en todos los rincones del mundo, en el espíritu del Evangelio".

"Es todavía más urgente proclamar, con voz decidida, que sólo la paz es el camino para construir una sociedad más justa y solidaria".

"Hasta que quienes ocupan puestos de responsabilidad no acepten cuestionarse con valentía su modo de administrar el poder y de procurar el bienestar de sus pueblos, será difícil imaginar que se pueda progresar verdaderamente hacia la paz".

"La paz, se realiza respetando el orden internacional y el derecho internacional, que deben ser las prioridades de todos aquellos que tienen a su cargo el destino de las Naciones".

"La paz exige cuatro condiciones esenciales: Verdad, justicia, amor y libertad".

"La verdad, erá fundamento de la paz cuando cada individuo tome conciencia rectamente, más que de los propios derechos, también de los propios deberes con los otros".

"La justicia, edificará la paz cuando cada uno respete concretamente los derechos ajenos y se esfuerce por cumplir plenamente los mismos deberes con los demás".

"El amor será fermento de paz, cuando la gente sienta las necesidades de los demás como propias y comparta con ellos lo que posee, empezando por los valores del espíritu".

"La libertad, alimentará la paz y la hará fructificar cuando, en la elección de los medios para alcanzarla, los individuos se guíen por la razón y asuman con valentía la responsabilidad de las propias acciones".


LA VIRGEN MARÍA

"El anuncio de Simeón parece como un segundo anuncio a María, dado que le indica la concreta dimensión histórica en la cual el Hijo cumplirá su misión, es decir en la incomprensión y en el dolor". Madre del Redentor 16.

"El dogma de la maternidad divina de María fue para el Concilio de Éfeso y es para la Iglesia como un sello del dogma de la Encarnación en la que el Verbo asume realmente en la unidad de su persona la naturaleza humana sin anularla". Madre del Redentor 4.

"María es ‘llena de gracia’, porque la Encarnación del Verbo, la unión hipostática del Hijo de Dios con la naturaleza humana, se realiza y cumple precisamente en ella". Madre del Redentor 9.

"El ir al encuentro de las necesidades del hombre significa, al mismo tiempo, su introducción en le radio de acción de la misión mesiánica y del poder salvífico de Cristo. Por consiguiente, se da una mediación: María se pone entre su Hijo y los hombres en la realidad de sus privaciones, indigencias y sufrimientos. Se pone "en medio", o sea se hace mediadora, no como una persona extraña, sino en su papel de madre, consciente de que como tal puede –mas bien "tiene el derecho de"– hacer presente al Hijo las necesidades de los hombres". Madre del Redentor 21.

"La Madre de Cristo se presenta ante los hombres como portavoz de la voluntad del Hijo, indicadora de aquellas exigencias que deben cumplirse para que pueda manifestarse el poder salvífico del Mesías". Madre del Redentor 21

"En Cana, merced a la intercesión de María y a la obediencia de los criados, Jesús da comienzo a su hora". Madre del Redentor 21.

"En Cana María aparece como la cree en Jesús; su fe provoca la primera "señal" y contribuye a suscitar la fe de los discípulos". Madre del Redentor 21.

"La misión maternal de María hacia los hombres de ninguna manera oscurece ni disminuye esta única mediación de Cristo, sino mas bien muestra su eficacia. Esta función materna brota, según el beneplácito de Dios, de la superabundancia de los méritos de Cristo... de ella depende totalmente y de la misma saca toda su virtud". Madre del Redentor 22.

"Esta nueva maternidad de María, engendrada por la fe, es fruto del `nuevo' amor, que maduro en ella definitivamente junto a la Cruz, por medio de su participación en el amor redentor del Hijo". Madre del Redentor 23.

"Nos has dado a tu Madre como nuestra para que nos enseñe a meditar y adorar en el corazón. Ella, recibiendo la Palabra y poniéndola en práctica, se hizo la más perfecta Madre".

"Durante el reciente viaje a Polonia, me dirigí a la Virgen María con estas palabras: "Madre santísima, (...) obtén también para mí las fuerzas del cuerpo y del espíritu, para que pueda cumplir hasta el fin la misión que me ha encomendado el Resucitado. En ti pongo todos los frutos de mi vida y de mi ministerio; a ti encomiendo el destino de la Iglesia; (...) en ti confío y te declaro una vez más: Totus tuus, Maria! Totus tuus! Amén". (Homilía en el santuario de Kalwaria Zebrzydowska, 19 de agosto de 2002.

"Danos tus ojos, María, para descifrar el misterio que se oculta tras la fragilidad de los miembros del Hijo. Enséñanos a reconocer su rostro en los niños de toda raza y cultura".

"María, ayúdanos a ser testigos creíbles de su mensaje de paz y de amor, para que los hombres y las mujeres de nuestro tiempo, caracterizado aún por tensos contrastes e inauditas violencias, reconozcan en el Niño que está en tus brazos al único Salvador del mundo, fuente inagotable de la paz verdadera, a la que todos aspiran en lo más profundo del corazón".

"Que la Virgen, co-participante íntima en el designio de salvación, nos acompañe en el camino de la pasión y de la cruz hasta el sepulcro vacío para encontrar a su Hijo divino resucitado. Entremos en el clima espiritual del Triduo Santo, dejándonos guiar por Ella".


LA ORACIÓN

"Es hora de redescubrir, queridos hermanos y hermanas, el valor de la oración, su fuerza misteriosa, su capacidad de volvernos a conducir a Dios y de introducirnos en la verdad radical del ser humano".

"Cuando un hombre ora, se coloca ante Dios, ante un Tú, un Tú divino, y comprende al mismo tiempo la íntima verdad de su propio yo: Tú divino, yo humano, ser personal creado a imagen de Dios".

"En nuestras noches físicas y morales, si tú estás presente, y nos amas, y nos hablas, ya nos basta, aunque muchas veces no sentiremos la consolación".

"Pidamos juntos a Dios, rico de misericordia y de perdón, que apague los sentimientos de odio en el ánimo de las poblaciones, que haga cesar el horror del terrorismo y guíe los pasos de los responsables de las naciones por el camino de la comprensión recíproca, de la solidaridad y la reconciliación".

"Hoy se exalta con frecuencia el placer, el egoísmo, o incluso la inmoralidad, en nombre de falsos ideales de libertad y felicidad. La pureza de corazón, como toda virtud, exige un entrenamiento diario de la voluntad y una disciplina constante interior. Exige, ante todo, el asiduo recurso a Dios en la oración".

"En los momentos de angustia y de «pesadilla mortal», la oración, acompañada por el compromiso de hacer la voluntad de Dios, devuelve el auténtico gusto por la vida".


EL ROSARIO
"En su sencillez y profundidad, sigue siendo también en este tercer Milenio apenas iniciado una oración de gran significado, destinada a producir frutos de santidad".

"El Rosario, en efecto, aunque se distingue por su carácter mariano, es una oración centrada en la cristología. En la sobriedad de sus partes, concentra en sí la profundidad de todo el mensaje evangélico, del cual es como un compendio".
"Con él, el pueblo cristiano aprende de María a contemplar la belleza del rostro de Cristo y a experimentar la profundidad de su amor".

"Mediante el Rosario, el creyente obtiene abundantes gracias, como recibiéndolas de las mismas manos de la Madre del Redentor".

"Esta oración ha tenido un puesto importante en mi vida espiritual desde mis años jóvenes".

"El Rosario me ha acompañado en los momentos de alegría y en los de tribulación. A él he confiado tantas preocupaciones y en él siempre he encontrado consuelo".

"Hace veinticuatro años, el 29 de octubre de 1978, dos semanas después de la elección a la Sede de Pedro, como abriendo mi alma, me expresé así: «El Rosario es mi oración predilecta. ¡Plegaria maravillosa! Maravillosa en su sencillez y en su profundidad”. [...]

"Hoy, al inicio del vigésimo quinto año de servicio como Sucesor de Pedro, quiero hacer lo mismo. Cuántas gracias he recibido de la Santísima Virgen a través del Rosario en estos años: Magnificat anima mea Dominum! Deseo elevar mi agradecimiento al Señor con las palabras de su Madre Santísima, bajo cuya protección he puesto mi ministerio petrino: Totus tuus!".

"El Rosario, comprendido en su pleno significado, conduce al corazón mismo del vida cristiana y ofrece una oportunidad ordinaria y fecunda espiritual y pedagógica, para la contemplación personal, la formación del Pueblo de Dios y la nueva evangelización".

"...el motivo más importante para volver a proponer con determinación la práctica del Rosario es por ser un medio sumamente válido para favorecer en los fieles la exigencia de contemplación del misterio cristiano, que he propuesto en la Carta Apostólica Novo millennio ineunte como verdadera y propia pedagogía de la santidad: es necesario un cristianismo que se distinga ante todo en el arte de la oración".

"No se puede, pues, recitar el Rosario sin sentirse implicados en un compromiso concreto de servir a la paz, con una particular atención a la tierra de Jesús, aún ahora tan atormentada y tan querida por el corazón cristiano".

"En el marco de una pastoral familiar más amplia, fomentar el Rosario en las familias cristianas es una ayuda eficaz para contrastar los efectos desoladores de esta crisis actual".

"Numerosos signos muestran cómo la Santísima Virgen ejerce también hoy, precisamente a través de esta oración, aquella solicitud materna para con todos los hijos de la Iglesia que el Redentor, poco antes de morir, le confió en la persona del discípulo predilecto: ¡Mujer, ahí tienes a tu hijo!". (Jn 19, 26).

"María vive mirando a Cristo y tiene en cuenta cada una de sus palabras:
«Guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón » (Lc 2, 19; cf. 2, 51). Los recuerdos de Jesús, impresos en su alma, la han acompañado en todo momento, llevándola a recorrer con el pensamiento los distintos episodios de su vida junto al Hijo. Han sido aquellos recuerdos los que han constituido, en cierto sentido, el 'rosario' que Ella ha recitado constantemente en los días de su vida terrenal".

"Cuando recita el Rosario, la comunidad cristiana está en sintonía con el recuerdo y con la mirada de María".

"...como subrayó Pablo VI: Sin contemplación, el Rosario es un cuerpo sin alma y su rezo corre el peligro de convertirse en mecánica repetición de fórmulas y de contradecir la advertencia de Jesús: "Cuando oréis, no seáis charlatanes como los paganos, que creen ser escuchados en virtud de su locuacidad". (Mt 6, 7).

"Recorrer con María las escenas del Rosario es como ir a la escuela de María para leer a Cristo, para penetrar sus secretos, para entender su mensaje".

"...esto dice el Beato Bartolomé Longo: Como dos amigos, frecuentándose, suelen parecerse también en las costumbres, así nosotros, conversando familiarmente con Jesús y la Virgen, al meditar los Misterios del Rosario, y formando juntos una misma vida de comunión, podemos llegar a ser, en la medida de nuestra pequeñez, parecidos a ellos, y aprender de estos eminentes ejemplos el vivir humilde, pobre, escondido, paciente y perfecto".

"El Rosario nos transporta místicamente junto a María, dedicada a seguir el crecimiento humano de Cristo en la casa de Nazaret. Eso le permite educarnos y modelarnos con la misma diligencia, hasta que Cristo «sea formado» plenamente en nosotros". (cf. Ga 4, 19)

"El Rosario promueve este ideal, ofreciendo el 'secreto' para abrirse más fácilmente a un conocimiento profundo y comprometido de Cristo. Podríamos llamarlo el camino de María".

"En el testimonio ya citado de 1978 sobre el Rosario como mi oración predilecta, expresé un concepto sobre el que deseo volver. Dije entonces que el simple rezo del Rosario marca el ritmo de la vida humana".

"...no es difícil profundizar en esta consideración antropológica del Rosario. Quien contempla a Cristo recorriendo las etapas de su vida, descubre también en Él la verdad sobre el hombre".

"Meditar con el Rosario significa poner nuestros afanes en los corazones misericordiosos de Cristo y de su Madre".

"...sí, verdaderamente el Rosario « marca el ritmo de la vida humana », para armonizarla con el ritmo de la vida divina, en gozosa comunión con la Santísima Trinidad, destino y anhelo de nuestra existencia".


VIDA CONSAGRADA
"La entrega total y la fidelidad permanente al Amor constituye la base de vuestro testimonio ante el mundo. Os pido una renovada fidelidad, que haga más encendido el amor a Cristo, más sacrificada y alegre vuestra entrega, más humilde vuestro servicio".

"La necesidad de este testimonio público constituye una llamada constante a la conversión interna, a la rectitud y santidad de vida de cada religiosa".

"La Profesión religiosa coloca en el corazón de cada uno y cada una de vosotros, queridos Hermanos y Hermanas, el amor del Padre; aquel amor que hay en el corazón de Jesucristo, Redentor del mundo. Este es un amor que abarca al mundo y todo lo que en el viene del Padre y que al mismo tiempo tiende a vencer en el mundo todo lo que «no viene del Padre". (Redemptionis Donum, 9)

"La entrega total y la fidelidad permanente al Amor constituye la base de vuestro testimonio ante el mundo".

"Os pido una renovada fidelidad, que haga mas encendido el amor a Cristo, mas sacrificada y alegre vuestra entrega, mas humilde vuestro servicio".

"La necesidad de este testimonio público constituye una llamada constante a la conversión interior, a la rectitud y santidad de vida de cada religiosa".

"El consagrado es el que afirma y vive en sí mismo el señorío absoluto de Dios, que quiere ser todo en todos".

"Esta entrega nuestra traspaso de propiedad, nos marcó con una señal particular, que pasó a ser nuestra identidad".


FE Y RAZÓN

"La fe y la razón (Fides et ratio) son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad. Dios ha puesto en el corazón del hombre el deseo de conocer la verdad y, en definitiva, de conocerle a Él para que, conociéndolo y amándolo, pueda alcanzar también la plena verdad sobre sí mismo". (cf. Ex 33, 18; Sal 27 [26], 8-9; 63 [62], 2-3; Jn 14, 8; 1 Jn 3, 2). Carta encíclica Fides et Ratio Sobre las relaciones entre Fe y Razón. 14 de septiembre de 1998


CONCILIO VATICANO II

Después de su conclusión, el Concilio no ha cesado de inspirar la vida de la Iglesia. En 1985 quise señalar: "Para mí, que tuve la gracia especial de participar y colaborar activamente en su desenvolvimiento, el Vaticano II ha sido siempre, y es de modo particular en estos años de mi pontificado, el punto de referencia constante de toda mi acción pastoral, con el compromiso responsable de traducir sus directrices en aplicación concreta y fiel, a nivel de cada Iglesia y de toda la Iglesia. Hay que acudir incesantemente a esa fuente". Juan Pablo II, Homilía del 25 de enero de 1985, cf. L'Osservatore Romano, edición en lengua española, 3 de febrero de 1985, p. 12).

Después de la clausura del Sínodo, hice mío ese deseo, al considerar que respondía "realmente a las necesidades de la Iglesia universal y de las Iglesias particulares" (5). Juan Pablo II, Discurso en la sesión de clausura de la II Asamblea general extraordinaria del Sínodo de los obispos, 7 de diciembre de 1985; AAS 78 (1986), p. 435; cf. L'Osservatore Romano, edición en lengua española, 15 de diciembre de 1985, p. 11.


EL ARTE
"El que crea da el ser mismo, saca alguna cosa de la nada —ex nihilo sui et subiecti, se dice en latín— y esto, en sentido estricto, es el modo de proceder exclusivo del Omnipotente. El artífice, por el contrario, utiliza algo ya existente, dándole forma y significado".

"En la « creación artística » el hombre se revela más que nunca « imagen de Dios » y lleva a cabo esta tarea ante todo plasmando la estupenda « materia » de la propia humanidad y, después, ejerciendo un dominio creativo sobre el universo que le rodea".

"El Artista divino, con admirable condescendencia, trasmite al artista humano un destello de su sabiduría trascendente, llamándolo a compartir su potencia creadora".

"...el artista, cuanto más consciente es de su «don», tanto más se siente movido a mirar hacia sí mismo y hacia toda la creación con ojos capaces de contemplar y de agradecer, elevando a Dios su himno de alabanza. Sólo así puede comprenderse a fondo a sí mismo, su propia vocación y misión".

"No todos están llamados a ser artistas en el sentido específico de la palabra. Sin embargo, según la expresión del Génesis, a cada hombre se le confía la tarea de ser artífice de la propia vida; en cierto modo, debe hacer de ella una obra de arte, una obra maestra".

"...el artista, cuando realiza una obra maestra, no sólo da vida a su obra, sino que por medio de ella, en cierto modo, descubre también su propia personalidad. En el arte encuentra una dimensión nueva y un canal extraordinario de expresión para su crecimiento espiritual. Por medio de las obras realizadas, el artista habla y se comunica con los otros".

"Las obras de arte hablan de sus autores, introducen en el conocimiento de su intimidad y revelan la original contribución que ofrecen a la historia de la cultura”.

"El artista vive una relación peculiar con la belleza. En un sentido muy real puede decirse que la belleza es la vocación a la que el Creador le llama con el don del talento artístico".

"Quien percibe en sí mismo esta especie de destello divino que es la vocación artística —de poeta, escritor, pintor, escultor, arquitecto, músico, actor, etc.— advierte al mismo tiempo la obligación de no malgastar ese talento, sino de desarrollarlo para ponerlo al servicio del prójimo y de toda la humanidad".

"Un artista consciente de todo ello sabe también que ha de trabajar sin dejarse llevar por la búsqueda de la gloria banal o la avidez de una fácil popularidad, y menos aún por la ambición de posibles ganancias personales".

"La auténtica intuición artística va más allá de lo que perciben los sentidos y, penetrando la realidad, intenta interpretar su misterio escondido".

"Todos los artistas tienen en común la experiencia de la distancia insondable que existe entre la obra de sus manos, por lograda que sea, y la perfección fulgurante de la belleza percibida en el fervor del momento creativo: lo que logran expresar en lo que pintan, esculpen o crean es sólo un tenue reflejo del esplendor que durante unos instantes ha brillado ante los ojos de su espíritu".

"El verdadero artista está dispuesto a reconocer su limitación y hacer suyas las palabras del apóstol Pablo, según el cual Dios no habita en santuarios fabricados por manos humanas, de modo que no debemos pensar que la divinidad sea algo semejante al oro, la plata o la piedra, modelados por el arte y el ingenio humano". (Hch 17, 24.29).

"...el arte, incluso más allá de sus expresiones más típicamente religiosas, cuando es auténtico, tiene una íntima afinidad con el mundo de la fe, de modo que, hasta en las condiciones de mayor desapego de la cultura respecto a la Iglesia, precisamente el arte continúa siendo una especie de puente tendido hacia la experiencia religiosa".

"La Iglesia, pues, tiene necesidad del arte".

"En contacto con las obras de arte, la humanidad de todos los tiempos —también la de hoy— espera ser iluminada sobre el propio rumbo y el propio destino".

"Queridos artistas, sabéis muy bien que hay muchos estímulos, interiores y exteriores, que pueden inspirar vuestro talento. No obstante, en toda inspiración auténtica hay una cierta vibración de aquel «soplo» con el que el Espíritu creador impregnaba desde el principio la obra de la creación".

"La belleza es clave del misterio y llamada a lo trascendente".


LA EUCARISTÍA

"Tu presencia en la Eucaristía ha comenzado con el sacrificio de la última cena y continúa como comunión y donación de todo lo que eres".

"Desde que, en Pentecostés, la Iglesia, Pueblo de la Nueva Alianza, ha empezado su peregrinación hacia la patria celeste, este divino Sacramento ha marcado sus días, llenándolos de confiada esperanza".

"Con razón ha proclamado el Concilio Vaticano II que el Sacrificio eucarístico es fuente y cima de toda la vida cristiana".

"La sagrada Eucaristía, en efecto, contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua y Pan de Vida, que da la vida a los hombres por medio del Espíritu Santo".

"Estoy agradecido al Señor Jesús que me permitió repetir en aquel mismo lugar, obedeciendo su mandato haced esto en conmemoración mía (Lc 22, 19), las palabras pronunciadas por Él hace dos mil años".

"Del misterio pascual nace la Iglesia. Precisamente por eso la Eucaristía, que es el sacramento por excelencia del misterio pascual, está en el centro de la vida eclesial".

"La «fracción del pan» evoca la Eucaristía. Después de dos mil años seguimos reproduciendo aquella imagen primigenia de la Iglesia. Y, mientras lo hacemos en la celebración eucarística, los ojos del alma se dirigen al Triduo pascual: a lo que ocurrió la tarde del Jueves Santo, durante la Última Cena y después de ella".

"Cuando se celebra la Eucaristía ante la tumba de Jesús, en Jerusalén, se retorna de modo casi tangible a su « hora », la hora de la cruz y de la glorificación. A aquel lugar y a aquella hora vuelve espiritualmente todo presbítero que celebra la Santa Misa, junto con la comunidad cristiana que participa en ella".

"Contemplar el rostro de Cristo, y contemplarlo con María, es el «programa» que he indicado a la Iglesia en el alba del tercer milenio, invitándola a remar mar adentro en las aguas de la historia con el entusiasmo de la nueva evangelización".

"Contemplar a Cristo implica saber reconocerle dondequiera que Él se manifieste, en sus multiformes presencias, pero sobre todo en el Sacramento vivo de su cuerpo y de su sangre".

"La Iglesia vive del Cristo eucarístico, de Él se alimenta y por Él es iluminada. La Eucaristía es misterio de fe y, al mismo tiempo, «misterio de luz». Cada vez que la Iglesia la celebra, los fieles pueden revivir de algún modo la experiencia de los dos discípulos de Emaús: Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron". (Lc 24, 31).

"Verdaderamente la Eucaristía es «mysterium fidei», misterio que supera nuestro pensamiento y puede ser acogido sólo en la fe". (n. 15).

"La Eucaristía es verdadero banquete, en el cual Cristo se ofrece como alimento". (N. 16).

"La Eucaristía es tensión hacia la meta, pregustar el gozo pleno prometido por Cristo". (N. 18).

"La Eucaristía, «es, en cierto sentido, anticipación del Paraíso y «prenda de la gloria futura» [...] Quien se alimenta de Cristo en la Eucaristía no tiene que esperar el más allá para recibir la vida eterna: la posee ya en la tierra como primicia de la plenitud futura, que abarcará al hombre en su totalidad". (N. 18).

"La Eucaristía es verdaderamente un resquicio del cielo que se abre sobre la tierra". (N. 19).

"Es un rayo de gloria de la Jerusalén celestial, que penetra en las nubes de nuestra historia y proyecta luz sobre nuestro camino". (N. 19).

"La Eucaristía es la fuente y, al mismo tiempo, la cumbre de toda la evangelización, puesto que su objetivo es la comunión de los hombres con Cristo y, en Él, con el Padre y con el Espíritu Santo". (N. 22).

"La Eucaristía es un tesoro inestimable; no sólo su celebración, sino también estar ante ella fuera de la Misa, nos da la posibilidad de llegar al manantial mismo de la gracia". (N. 25).

"Si la Eucaristía es centro y cumbre de la vida de la Iglesia, también lo es del ministerio sacerdotal. Por eso, con ánimo agradecido a Jesucristo, nuestro Señor, reitero que la Eucaristía es la principal y central razón de ser del sacramento del sacerdocio, nacido efectivamente en el momento de la institución de la Eucaristía y a la vez que ella". (N. 31)

"Puesto que la Eucaristía es misterio de fe, que supera de tal manera nuestro entendimiento que nos obliga al más puro abandono a la palabra de Dios, nadie como María puede ser apoyo y guía en una actitud como ésta". (N. 54).


SANTIDAD

"Hoy más que nunca la Iglesia necesita sacerdotes santos cuyo ejemplo diario de conversión inspire en los demás el deseo de buscar la santidad a la que está llamado todo el pueblo de Dios".

"La santidad de los nuevos beatos nos estimula a que nosotros busquemos también la perfección evangélica, poniendo en práctica todas las palabras de Jesús".

"La vocación del cristiano es la santidad, en todo momento de la vida. En la primavera de la juventud, en la plenitud del verano de la edad madura, y después también en el otoño y en el invierno de la vejez, y por último, en la hora de la muerte".


NAVIDAD

"María lo contempla, lo acaricia y lo arropa, interrogándose sobre el sentido de los prodigios que rodean el misterio de la Navidad".

"La Navidad, misterio de alegría. Alegría, incluso estando lejos de casa, la pobreza del pesebre, la indiferencia del pueblo, la hostilidad del poder. Misterio de alegría a pesar de todo. De este mismo gozo participa la Iglesia, inundada hoy por la luz del Hijo de Dios: las tinieblas jamás podrán apagarla".

"La Liturgia del Adviento, empapada de constantes alusiones a la espera gozosa del Mesías, nos ayuda a comprender en plenitud el valor y el significado del misterio de la Navidad".

"La Navidad, no se trata sólo de conmemorar el acontecimiento histórico, que hace más de dos mil años tuvo lugar en una pequeña aldea de Judea. Es necesario comprender más bien que toda nuestra vida debe ser un «adviento», una espera vigilante de la venida definitiva de Cristo".


LA IGLESIA

"La Iglesia indica por mandato del Redentor el camino para el bien espiritual y humano, camino de reconciliación y de penitencia, mediante la conversión personal y la solidaridad con el prójimo".

"La Iglesia se prepara a contemplar extasiada el misterio de la Encarnación. El evangelio narra la concepción y el nacimiento de Jesús, y refiere las muchas circunstancias providenciales que precedieron y rodearon un acontecimiento tan prodigioso: el anuncio del ángel a María, el nacimiento del Bautista, el coro de los ángeles en Belén, la venida de los Magos de Oriente, las visiones de san José. Son todos signos y testimonios que subrayan la divinidad de este Niño. En Belén nace el Emmanuel, el Dios con nosotros".

"La Iglesia nos ofrece, en la liturgia de estos días, tres singulares «guías», que nos indican las actitudes que hay que asumir para salir al encuentro de este divino «huésped» de la humanidad. Ante todo, Isaías, el profeta de la consolación y de la esperanza, proclama un auténtico evangelio para el pueblo de Israel, esclavo en Babilonia, y exhorta a mantenerse vigilantes en la oración para reconocer los «signos» de la venida del Mesías. Después aparece Juan el Bautista, precursor del Mesías, que se presenta como «voz del que clama en el desierto», proclamando «un bautismo de conversión para perdón de los pecados» (Cf. Marcos 1, 4). Es la única condición para reconocer al Mesías ya presente en el mundo. Por último, está María que, en esta novena de preparación a la Navidad, nos guía hacia Belén. María es la mujer del «sí» que, a diferencia de Eva, hace propio y sin reservas el proyecto de Dios. Se convierte de este modo en una luz clara para nuestros pasos y el modelo más elevado de inspiración".

"La enseñanza social de la Iglesia ofrece orientaciones para la promoción de los derechos humanos, para la tutela de la familia, para el desarrollo de instituciones políticas auténticamente democráticas y participativas, para una economía al servicio del hombre, para un nuevo orden internacional que garantice la justicia y la paz y para una actitud responsable hacia la creación".


CONVERSIÓN

"Promover una espiritualidad de la comunión, exige ante todo una radical conversión a Cristo, una dócil apertura a la acción de su Espíritu Santo y una acogida sincera de los hermanos".

"Vestirse de Cristo, conlleva ponerle en el centro de la vida personal y comunitaria; en el centro de las actividades didácticas y de toda otra forma de apostolado".

"El compromiso social de los cristianos laicos se puede nutrir y ser coherente, tenaz y valeroso sólo desde una profunda espiritualidad, esto es, desde una vida de íntima unión con Jesús".

"Tenemos que comprender que nuestro bien más grande es la unión de nuestra voluntad con la voluntad de nuestro Padre celestial, pues sólo así podemos recibir todo su amor, que nos lleva a la salvación y a la plenitud de la vida".

Pensamientos de la Madre Teresa de Calcuta

Los Pobres, Don de Dios
Los pobres son la esperanza del mundo porque nos proporcionan la ocasión de amar a Dios a través de ellos. Son el don de Dios a la humanidad, para que nos enseñen una manera diferente de amarlo, buscando siempre la manera de dignificarlos y rescatarlos.
Ellos son el signo de la presencia de Dios entre nosotros, ya que en cada uno de ellos es Cristo quien se hace presente.
Por eso, Él no nos preguntará cuántas cosas hicimos, sino cuánto amor pusimos en ellas.


Derecho a la Vida
Toda vida es la vida de Dios que se hace presente entre nosotros, aún en un niño que todavía no ha nacido. Nadie tiene derecho a levantar su mano para segarla.
Yo imagino que el grito de esos pobrecitos que son asesinados antes de nacer debe llegar hasta Dios.
Toda vida pertenece a Dios, y si Jesús nos dijo que éramos más importantes a los ojos de su Padre que todo lo creado, y Él cuida eso, cuánto más cuidará de nosotros!
El aborto va en contra del mandamiento del amor.


Somos responsables de nuestro hermano
Dios siempre cuida de sus criaturas, pero lo hace a través de los hombres. Si alguna persona muere de hambre o pena, no es que Dios no la haya cuidado; es porque nosotros no hicimos nada para ayudarla, no fuimos instrumentos de su amor, no supimos reconocer a Cristo bajo la apariencia de ese hombre desamparado, de ese niño abandonado.


La pobreza evangélica
Dios no puede derramar algo donde ya está todo lleno de otras cosas. Jesús lo dijo: "No se puede servir a dos señores", refiriéndose a Dios y al dinero.
La pobreza, el desprendimiento de todo lo que nos ata y nos aleja de Dios, sea o no material, nos deja "vacíos", para que Dios puede entrar plenamente en nuestro corazón.
Las cosas deben ser siempre un medio, nunca un fin en sí mismas.


María nos enseña la humildad
La grandeza de María proviene justamente de su humildad. Y era humilde porque pertenecía a Dios por completo, estaba en disponibilidad para lo que Él quisiera pedirle.
Ella, que estaba colmada de gracias, siguió siendo la esclava del Señor. Se mantuvo con firmeza junto a la cruz de su Hijo, y ni siquiera viéndolo morir dejó de confiar en Dios.
Pidámosle a la Virgen que nos ayude a ser como ella, a realizar con humildad y sin vanagloria el trabajo que se nos ha asignado, y que llevemos a los demás a Jesús con el mismo espíritu con que ella lo llevó en su seno.


Al servicio de los demás con alegría
María debe ser la fuente de nuestra alegría; ella, que fue la maestra en el servicio gozoso a los demás. La alegría era su fuerza, ya que sólo la alegría de saber que tenía a Jesús en su seno podía hacerla ir a las montañas para hacer el trabajo de una sierva en casa de su prima Isabel.
De la misma manera nosotros, con Jesús en nuestro corazón, debemos servir a los demás con alegría.


María, camino de reconciliación
María está siempre atenta para traer al mundo la alegría, la paz y la reconciliación. Ella nos conduce hacia Dios, y con sus ruegos amorosos intercede por nosotros.
Elevemos hacia ella nuestros corazones para que nos ayude a reconciliarnos, cada vez que nos alejemos del amor de Dios.
Dirijamos a ella nuestros ojos para implorarle por la paz; a ella, que sólo tiene cabida en su corazón para la paz y el perdón.


Conocerse a sí mismo
Nuestro examen de conciencia es el espejo en el que vemos nuestros logros y nuestras dificultades. Por eso debemos afrontarlo con sinceridad y amor. No perdamos el tiempo mirando nuestras propias miserias; elevémonos en la luz de Dios y busquemos la manera de hacer las cosas cada vez mejor.
Conocerse a sí mismo es muy importante para el amor, porque conocer a Dios trae el amor, y conocernos a nosotros mismos, la humildad. Por eso los santos pueden decir que se sienten grandes criminales, porque vieron a Dios y se vieron a sí mismos, y notaron la terrible diferencia.


Ser fieles en las cosas pequeñas
Seamos fieles en las cosas pequeñas, porque ahí estará nuestra fortaleza. Miremos el ejemplo de la lámpara que arde con el aporte de pequeñas gotitas de aceite, y sin embargo da mucha luz. Las gotitas de aceite de nuestras lámparas son las cosas pequeñas que realizamos diariamente: la fidelidad, la puntualidad, las palabras bondadosas, las sonrisas, nuestra actitud amorosa hacia los demás.
No hay nada que sea pequeño a los ojos de Dios, y Él mismo se tomó la molestia de hacerlas para enseñarnos cómo actuar. Por eso se transformaron en infinitas.


La alegría nos acerca a Dios
El que tiene a Dios en su corazón, desborda de alegría. La tristeza, el abatimiento, conducen a la pereza, al desgano.
Nuestra alegría es el mejor modo de predicar el cristianismo. Al ver la felicidad en nuestros ojos, tomarán conciencia de su condición de hijos de Dios. Pero para eso debemos estar convencidos de eso.


Amar lo que uno hace
No es lo importante lo que uno hace, sino cómo lo hace, cuánto amor, sinceridad y fe ponemos en lo que realizamos. Cada trabajo es importante, y lo que yo hago, no lo puedes hacer tú, de la misma manera que yo no puedo hacer lo que tú haces. Pero cada uno de nosotros hace lo que Dios le encomendó.
Sólo siendo sinceros y trabajando con Dios, poniendo en ello toda nuestra alma, podremos llevar la salvación a los demás. Pero para ello es necesario que no perdamos nuestro tiempo mirando y deseando hacer lo que hacen los demás.


Oración y Apostolado
La oración ensancha el corazón, hasta hacerlo capaz de contener el don de Dios. Sin Él, no podemos nada.
Orar a Cristo es amarlo y amarlo significa cumplir sus palabras. La oración significa para mí la posibilidad de unirme a Cristo las 24 horas del día para vivir con Él, en Él y para Él. Si oramos, creemos. Si creemos, amaremos. Si amamos, serviremos.
Es imposible comprometerse en un apostolado directo, si no es desde una auténtica oración. Debemos tratar de ser uno con el Padre. Nuestra actividad no será verdaderamente apostólica si no le permitimos obrar en nosotros, a través de nosotros, gracias a su poder, a sus planes y a su amor.


La oración en el silencio
El silencio es lo más importante para orar. Las almas de oración son almas de profundo silencio. Y lo necesitamos para poder ponernos verdaderamente en presencia de Dios y escuchar lo que nos quiere decir.
Este silencio debe ser tanto exterior como interior, dejando de lado nuestras preocupaciones. Debemos acostumbrarnos al silencio del corazón, de los ojos y de la lengua.
El silencio de la lengua nos ayuda a hablarle a Dios. El de los ojos, a ver a Dios. Y el silencio del corazón, como el de la Virgen, a conservar todo en nuestro corazón.
Dios es amigo del silencio, que nos da una visión nueva de las cosas. No es esencial lo que nosotros decimos, sino lo que Dios nos dice y dice a través de nosotros.


Jesús Eucaristía
Cristo se convirtió en el Pan de Vida porque comprendió la necesidad, el hambre que teníamos de Dios. Y nosotros debemos comer este Pan y la bondad de su amor para poder compartirlo.
La eucaristía es el signo más tangible del amor de Dios por el hombre, ya que renueva permanentemente su sacrificio por amor a nosotros. Y es la Misa, nuestra oración diaria, el lugar donde nos ofrecemos con y por Cristo para ser distribuidos entre los más pobres de los pobres.
La eucaristía es el misterio de nuestra unión profunda con Cristo.



Ser santos
La santidad es hacer siempre, con alegría, la voluntad de Dios. Para eso es necesaria la fidelidad a sus deseos, y es esta fidelidad la que hace a los santos.
A través de la vida espiritual nos unimos con Jesús: lo humano y lo divino se ofrecen uno al otro.
El primer paso hacia la santidad es querer serlo. ¿Qué es un santo sino un alma resuelta, que hace uso de su fortaleza para actuar?


Esperar contra toda esperanza
Lo único que Jesús nos pide en todo momento es que nos entreguemos absolutamente a Él, que confiemos en Él plenamente, renunciando a nuestros deseos para cumplir con el camino que nos va trazando.
No es necesario que veamos claro si vamos progresando o no en el camino de la santidad. Lo importante es ir caminando en el Señor.


Dejarnos transformar
El camino a la santidad comienza dejándonos vaciar y transformar por el mismo Jesús, para que Él llene nuestro corazón y podamos luego dar de nuestra abundancia.
Buscándolo, porque su conocimiento nos hará fuertes.
Amándolo sin mirar atrás, sin temores, creyendo que sólo Jesús es la vida.
Sirviéndolo, rechazando y olvidando todo lo que nos atormenta, porque es Él quien nos ayudará en el camino elegido. No estamos solos. Confiemos en Él.


Abandonarse en Dios
El abandono total en Dios consiste en darse a Dios en forma plena, porque Él se dio a nosotros primero. Y debemos entregarnos de manera absoluta si queremos responder a la magnitud de su entrega hacia nosotros. Sólo si renuncio a mí misma puedo llevar a Dios a vivir en mí.
Cuando renuncio ofrezco mi libre voluntad, mi razón, mi propia vida. Y todo por amor, ya que cuanto más renunciamos a nosotros mismos, más podemos amar a Dios y a los hombres.

EL BRINDIS BOHEMIO

Guillermo Aguirre Fierro (Mexicano)
El Paso, Texas 1915


En torno de una mesa de cantina,
una noche de invierno,
regocijadamente departían
seis alegres bohemios.
Los ecos de sus risas escapaban
y de aquel barrio quieto
iban a interrumpir el imponente
y profundo silencio.

El humo de olorosos cigarillos
en espirales se elevaba al cielo,
simbolizando al resolverse en nada,
la vida de los sueños.

Pero en todos los labios había risas,
inspiración en todos los cerebros,
y, repartidas en la mesa, copas
pletóricas de ron, whisky o ajenjo.

Era curioso ver aquel conjunto,
aquel grupo bohemio,
del que brotaba la palabra chusca,
la que vierte veneno,
lo mismo que, melosa y delicada,
la música de un verso.

A cada nueva libación, las penas
hallábanse más lejos
del grupo, y nueva inspiración llegaba
a todos los cerebros,
con el idilio roto que venía
en alas del recuerdo.

Olvidaba decir que aquella noche,
aquel grupo bohemio
celebraba entre risas, libaciones,
chascarrillos y versos,
la agonía de un año que amarguras
dejó en todos los pechos,
y la llegada, consecuencia lógica,
del "feliz año nuevo" . . .

Una voz varonil dijo de pronto:
- las doce, compañeros;
digamos el "requiescat" por el año
que ha pasado a formar entre los muertos.
¡Brindemos por el año que comienza!
porque nos traiga ensueños;
porque no sea su equipaje un cúmulo
de amargos desconsuelos . . .

- Brindo, dijo otra voz, por la esperanza
que la vida nos lanza,
de vencer los rigores del destino,
por la esperanza, nuestra dulce amiga,
que las penas mitiga
y convierte en vergel nuestro camino.

Brindo porque ya hubiere a mi existencia
puesto fin con violencia
esgrimiendo en mi frente mi venganza;
si en mi cielo de tul limpio y divino
no alumbrara mi sino
una pálida estrella: Mi esperanza.

¡Bravo!, dijeron todos, inspirado
esta noche has estado
y hablaste bueno, breve y substancioso.
El turno es de Raúl; alce su copa
y brinde por . . . Europa,
ya que su extranjerismo es delicioso . ...

Bebo y brindo, clamó el interpelado;
brindo por mi pasado,
que fue de luz, de amor y de alegría,
y en el que hubo mujeres seductoras
y frentes soñadoras
que se juntaron con la frente mía. . .

Brindo por el ayer que en la amargura
que hoy cubre de negrura
mi corazón, esparce sus consuelos
trayendo hasta mi mente las dulzuras
de goces, de ternuras,
de dichas, de deliquios, de desvelos.

-Yo brindo, dijo Juan, porque en mi mente
brote un torrente
de inspiración divina y seductora,
porque vibre en las cuerdas de mi lira
el verso que suspira,
que sonríe, que canta y que enamora.

Brindo porque mis versos cual saetas
lleguen hasta las grietas
formadas de metal y de granito,
del corazón de la mujer ingrata
que a desdenes me mata . . .
¡pero que tiene un cuerpo muy bonito!

Porque a su corazón llegue mi canto,
porque enjuguen mi llanto
sus manos que me causan embelesos;
porque con creces mi pasión me pague. ..
¡vamos!, porque me embriague
con el divino néctar de sus besos.

Siguió la tempestad de frases vanas,
de aquellas tan humanas
que hallan en todas partes acomodo,
y en cada frase de entusiasmo ardiente,
hubo ovación creciente,
y libaciones, y reir, y todo.

Se brindó por la patria, por las flores,
por los castos amores
que hacen un valladar de una ventana,
y por esas pasiones voluptuosas
que el fango del placer llena de rosas
y hacen de la mujer la cortesana.

Sólo faltaba un brindis, el de Arturo,
el del bohemio puro,
de noble corazón y gran cabeza;
aquel que sin ambages declaraba'
que sólo ambicionaba
robarle inspiración a la tristeza.

Por todos lados estrechado, alzó la copa
frente a la alegre tropa
desbordante de risa y de contento
los inundó en la luz de una mirada,
sacudió su melena alborotada
y dijo así, con inspirado acento:

-Brindo por la mujer, mas no por esa
en la que halláis consuelo en la tristeza,
rescoldo del placer ¡desventurados!;
no por esa que os brinda sus hechizos
cuando besáis sus rizos
artificiosamente perfumados.

Yo no brindo por ella, compañeros,
siento por esta vez no complaceros.
Brindo por la mujer, pero por una,
por la que me brindó sus embelesos
y me envolvió en sus besos;
por la mujer que me arrulló en la cuna.

Por la mujer que me enseñó de niño
lo que vale el cariño
exquisito, profundo y verdadero;
por la mujer que me arrulló en sus brazos
y que me dió en pedazos
uno por uno, el corazón entero.

¡Por mi madre!.. bohemios, por la anciana
que piensa en el mañana
como en algo muy dulce y muy deseado,
porque sueña tal vez que mi destino
me señala el camino
por el que volveré pronto a su lado.


Por la anciana adorada y bendecida,
por la que con su sangre me dió vida,
y ternura y cariño;
por la que fue la luz del alma mía;
y lloró de alegría
sintiendo mi cabeza en su corpiño.

Por esa brindo yo, dejad que llore,
que en lágrimas desflore
esta pena letal que me asesina;
dejad que brinde por mi madre ausente,
por la que llora y siente
que mi ausencia es un fuego que calcina.

Por la anciana infeliz que sufre y llora
y que del cielo implora
que vuelva yo muy pronto a estar con ella;
por mi madre bohemios, que es dulzura
vertida en mi amargura
y en esta noche de mi vida, estrella . ..

El bohemio calló; ningún acento
profanó el sentimiento
nacido del dolor y la ternura,
y pareció que sobre aquel ambiente
flotaba inmensamente
un poema de amor y de amargura.

LA NOCHE QUEDÓ ATRÁS

Poema de inicio de transmisión de Universal Stereo 92.1 Mhz en la voz de Adolfo Fernández Zepeda.

VICTOR MANUEL GONZALEZ OTERO

La noche quedó atrás, un nuevo día se asoma en tu horizonte de ventura. En lo que fuera llanto, hay alegríaen lo que fue rencor, hoy hay ternura. Ya eres otro. Bajo el conjuro de la palabra "Amor" te has superado. Todo es más noble en ti. Todo es más puro, porque todo de amor se te ha llenado. ¡Amar y solo amar!Esa es la clave que mueve al universo, a la vida. Lo duro de la senda es más suave si tú puedes decir:"Ama y olvida". Amar a Dios, a ti, al mundo entero. A los que tú conoces, al extraño, al rico, al poderoso, al pordiosero, al que te da la paz o te hace daño. ¡Tú ya eres otro!,porque has podido arrancar la cadena que te ataba a tu eterno "Imposible", y has sabido trasponer el dolor que te agobiaba. Llena tu mente de las cosas buenas, de las cosas positivas que construyeny deja en el ayer todas tus penas, las negaciones que todo lo destruyen. Tu hogar será de dicha, y en los tuyos hallarás el "Por qué" de tu camino. Y todo para ti será de orgullo,y tus hijos tendrán otro destino. Y tú que eres soltera, buscarás, no al hombre que halague tus sentidos, sino al alma que te comprenda más, porque el alma hace al hombre y no el vestido. La noche quedó atrás. Un nuevo día se anuncia en el dintel de tu ventana. Ya no dejes que escape tu alegríani que vuelva el ocaso a tu mañana. Ya no vivas de ayeres, de lamentos. Ya no suenes tu nota discordante. Piensa siempre en todos tus momentos, ¡que la vida comienza a cada instante!

POR QUÉ ME QUITÉ DEL VICIO

Carlos Rivas Larrauri

No es por hacerles desaigre...
Es que ya no soy del vicio...
Astedes mi lo perdonen,
pero es qui hace más de cinco
años que no tomo copas,
onqui ande con los amigos...
¿Qué si no me cuadra?...¡Harto!
Pa' que he di hacerme el santito:
he sido reteborracho;
¡como pocos lo haigan sido!
¡Perora si ya no tomo,
manque me lleven los pingos!
Dendi antes que me casara
encomencé con el vicio;
y, aluego, ya de casado
también le tupí macizo...
¡Probecita de mi vieja!
¡Tan güena siempre conmigo...!
¡Por más que l'hice sufrir
nunca me perdió el cariño!

Era una santa la probe,
y yo con ella un endino;
nomás porque no sufriera
llegué a quitarme del vicio,
pero, poco duró el gusto,
la de malas se nos vino
y una nochi redepente,
quedó com'un pajarito.
Dicen que juel corazón...
Yo no sé lo que haiga sido;
pero sento en la concencia
que jue mi vicio cochino
el quizo que nos dejara
solitos a mí y a m'hijo,
¡un chilpayate di ocho años
que quedaba güerfanito
a ledá en qui hace más falta
la madre con su cariño

Me sentí disesperado
de verme solo con m'hijo...
¡Probecita criaturita!
Mal cuidado...mal vestido
sempre solo...¡Ricordando
al ángel que 'bía perdido

Entonces pa' no pensar
golvi a darle recio al vicio,
porque poniéndome chuco,
me jallaba más tranquilo,
y cuando yastaba briago
y casi jueras de juicio,
parece que mi dijunta
'taba allí, ¡junto conmigo

Al salir de mi trabajo
m'iba yo con los amigos,
y, aluego, ya a medios chiles,
mercaba yo harto refino
y regresaba a mi casa
onde mi aguardaba mhijo;
y allí, ¡duro!, trago y trago,
hasta ponerme bien pítimo...

¡Y aistaba la tarugada!
Ya endinantes les he dicho
lueguito vía a mi vieja
que llegaba a hablar conmigo
y encomenzaba a decirme
cosas de mucho cariño,
y yo, a contestar con ella,
como si fuera dialtiro
cierto lo questaba viendo,
en tan mientras que mhijo
si abrazaba a mi asustado
diciéndome el probe niño

"¿Onde está mi mamacita?
Dime on tá, papacito...
¿Es verdad que testá hablando?
¿Cómo yo no la deviso...?"
"Pos qué no la ve, tarugo,
¡vaye que li haga cariños!"
¡Y el probecito lloraba
y pelaba sus ojitos
buscando ritiasustado
a aquella a quen tanto quiso...!

Una noche, al regresar
destarle dando al oficio,
llego y, al abrir la puerta,
¡ay Jesús, lo que deviso!
Hecho bola sobre el suelo,
'taba tirado mi niño,
risa y risa comun loco,
y pegando chicos gritos...

"¿Qué te pasa?...¿Qué sucede...?
¿Ti has güelo loco dialtiro...?"
Pero intonces, en la mesa,
videl frasco del refino,
que yo bia dejado lleno,
enteramente vacío.

Luego luego me di cuenta
y me puse retemuino:
"¿Qui has hecho , escuincle malvado"
¡Ya bebites el refino...!
¡Paqui aprendas a ser güeno,
voy a romperte l'hocico...!"

Y luego con harto susto
que l'hizo golver al juicio,
y con una voz di angustia
que no he di olvidar, me dijo:

"¡No me pegues...no me pegues...!
No soy malo, papacito.
¡Jue pa ver a mi mamita
como cuando habla contigo!
¡Jue pa quella me besara
y m'hiciera hartos cariños!"

Dendentonces ya no tomo
onqui ande con los amigos...
No es por hacerles desaigre,
pero ya no soy del vicio...
Y cuando quiero rajarme
porque siento el gusanito,
de tomarme alguna copa,
nomás mi acuerdo de m'hijo
y entonces si ya no tomo
¡manque me lleven los pingos...!

DISCURSO DE LUIS DONALDO COLOSIO

Durante el acto conmemorativo del LXV Aniversario del PRI en el Monumento a la Revolución. Marzo 6, 1994.


Compañeras y compañeros de partido;
Compatriotas:

Aquí está el PRI con su fuerza. Aquí está el PRI con sus organizaciones; está con su militancia, está con la sensibilidad de sus mujeres y de sus hombres. Aquí está el PRI con su recia vocación política. Aquí está el PRI para alentar la participación ciudadana.
Aquí está el PRI para mantener la paz y la estabilidad del país, para preservar la unidad entre los mexicanos. Aquí está el PRI en pie de lucha. Aquí está el PRI celebrando un año más de intensa actividad política.

Aquí está el PRI que reconoce los logros, pero también el que sabe de las insuficiencias, el que sabe de los problemas pendientes.

Aquí está el PRI que reconoce que la modernización económica sólo cobra verdadero sentido, cuando se traduce en mayor bienestar para las familias mexicanas y que para que sea perdurable debe acompañarse con el fortalecimiento de nuestra democracia. Esta es la exigencia que enfrentamos y a ella responderemos con firmeza.

El PRI reconoce su responsabilidad y ésta es de la mayor importancia para el avance político de México. Los priístas sabemos que ser herederos de la Revolución Mexicana es un gran orgullo, pero ello no garantiza nuestra legitimidad política. La legitimidad debemos ganarla día con día, con nuestras propuestas, con nuestras acciones, con nuestros argumentos.
Como Partido, tuvimos un nacimiento que a todos nos enorgullece: el PRI evitó que México cayese en el círculo vicioso de tantos países hermanos de Latinoamérica, que perdieron décadas entre la anarquía y la dictadura.

La estabilidad, la paz interna, el crecimiento económico y la movilidad social, son bienes que hubieran sido inimaginables sin el PRI.
Pero nuestra herencia debe ser fuente de exigencia, no de complacencia ni de inmovilismo. Sólo los partidos autoritarios pretenden fundar su legitimidad en su herencia. Los partidos democráticos la ganamos diariamente.

Amigas y amigos del partido:
Surgimos de una Revolución que hoy sigue ofreciendo caminos para las reivindicaciones populares. A sus principios de democracia, de libertad y de justicia es a los que nos debemos.
Los ideales de la Revolución Mexicana inspiran las tareas de hoy. La Revolución Mexicana, humanista y social, nos exige y nos reclama. La Revolución Mexicana es todavía hoy nuestro mejor horizonte.

Encabezaremos una nueva etapa en la transformación política de México. Sabemos que en este proceso, sólo la sociedad mexicana tiene asegurado un lugar. Los partidos políticos tenemos que acreditar nuestra visión.

En esta hora, la fuerza del PRI surge de nuestra capacidad para el cambio, de nuestra capacidad para el cambio con responsabilidad. Así lo exige la Nación.
Nuestra visión y nuestra vinculación histórica con el gobierno nos aseguró la oportunidad de participar en los grandes cambios del país. La fuerza del gobierno fue en buena medida la fuerza de nuestro Partido. Pero hoy el momento es otro: sólo nuestra capacidad, nuestra propia iniciativa, nuestra presencia en la sociedad mexicana y nuestro trabajo, es lo que nos dará fortaleza.

Nadie podrá sustituir nuestro esfuerzo. Nadie podrá asegurarnos un papel en la transformación de México si nosotros no luchamos por él, si nosotros no lo ganamos ante los ciudadanos.
Quedó atrás la etapa en que la lucha política se daba, esencialmente, hacia el interior de nuestra organización y no con otros partidos. Ya pasaron esos tiempos.
Hoy vivimos en la competencia y a la competencia tenemos que acudir; para hacerlo se dejan atrás viejas prácticas: las de un PRI que sólo dialogaba consigo mismo y con el gobierno, las de un partido que no tenía que realizar grandes esfuerzos para ganar.
Como un partido en competencia, el PRI hoy no tiene triunfos asegurados, tiene que luchar por ellos y tiene que asumir que en la democracia sólo la victoria nos dará la estatura a nuestra presencia política.

Cuando el gobierno ha pretendido concentrar la iniciativa política ha debilitado al PRI. Por eso hoy, ante la contienda política, ante la contienda electoral, el PRI, del gobierno, sólo demanda imparcialidad y firmeza en la aplicación de la ley. ¡No queremos ni concesiones al margen de los votos ni votos al margen de la ley!
No pretendamos sustituir las responsabilidades del gobierno, pero tampoco pretendamos que el gobierno desempeñe las funciones que sólo a nosotros, como partido, nos corresponde desempeñar.

Hoy estamos ante una auténtica competencia. El gobierno no nos dará el triunfo: el triunfo vendrá de nuestro trabajo, de nuestro esfuerzo, de nuestra dedicación.
Los tiempos de la competencia política en nuestro país han acabado con toda presunción de la existencia de un partido de Estado. Los tiempos de la competencia política son la gran oportunidad que tenemos como partido para convertir nuestra gran fuerza en independencia con respecto del gobierno.

Hoy somos la opción que ofrece el cambio con responsabilidad. Somos la opción que mejor conoce lo que se ha hecho. Que sabe de los resultados de sus programas, de sus aciertos y de sus errores.
Somos la opción capaz de conservar lo que ha tenido éxito y somos la opción de encontrar nuevos caminos de solución para los problemas pendientes.
No entendemos el cambio como un rechazo indiscriminado a lo que otros hicieron. Lo entendemos como la capacidad para aprender, para innovar, para superar las deficiencias y los obstáculos.

¡Cambiemos, sí! ¡Cambiemos! ¡Pero hagámoslo con responsabilidad, consolidando los avances reales que se han alcanzado, y por supuesto, manteniendo lo propio: nuestros valores y nuestra cultura!

¡México no quiere aventuras políticas!. ¡México no quiere saltos al vacío!. ¡México no quiere retrocesos a esquemas que ya estuvieron en el poder y probaron ser ineficaces!. ¡México quiere democracia pero rechaza su perversión: la demagogia!
Ofrecemos cambio con rumbo y responsabilidad, con paz, con tranquilidad. Se equivocan quienes piensan que la transformación democrática de México exige la desaparición del PRI.
No hemos estado exentos de errores, pero difícilmente podríamos explicar el México contemporáneo sin la contribución de nuestro partido. Por eso, pese a nuestros detractores y a la crítica de nuestros opositores, somos orgullosamente priístas.

Debemos admitir que hoy necesitamos transformar la política para cumplirle a los mexicanos.
Proponemos la reforma del poder para que exista una nueva relación entre el ciudadano y el Estado. Hoy, ante el priísmo de México, ante los mexicanos, expreso mi compromiso de reformar el poder para democratizarlo y para acabar con cualquier vestigio de autoritarismo.
Sabemos que el origen de muchos de nuestros males se encuentra en una excesiva concentración del poder. Concentración del poder que da lugar a decisiones equivocadas; al monopolio de iniciativas; a los abusos, a los excesos. Reformar el poder significa un presidencialismo sujeto estrictamente a los límites constitucionales de su origen republicano y democrático.
Reformar el poder significa fortalecer y respetar las atribuciones del Congreso Federal.
Reformar el poder significa hacer del sistema de impartición de justicia, una instancia independiente de la máxima respetabilidad y certidumbre entre las instituciones de la República.

Reformar el poder significa llevar el gobierno a las comunidades, a través de un nuevo federalismo. Significa también nuevos métodos de administración para que cada ciudadano obtenga respuestas eficientes y oportunas cuando requiere servicios, cuando plantea sus problemas, o cuando sueña con horizontes más cercanos a las manos de sus hijos.
Estos son mis compromisos con la reforma del poder. Es así como yo pienso que cada ciudadano tendrá más libertades, más garantías, para que sus intereses sean respetados; para gozar de seguridad y de una aplicación imparcial de la ley.

Los priístas creemos en el cambio con responsabilidad.

Por eso es que hemos hecho nuevas propuestas, que hemos asumido nuevas tareas. Por eso es que convocamos - antes que nadie - a un debate entre los candidatos a la Presidencia de la República.

Hemos alentado acuerdos entre partidos; hemos planteado revisar el listado electoral; hemos solicitado la participación de observadores en todo el proceso electoral y la integración de un sistema de resultados oportunos.
Por eso es que también hemos resuelto dar transparencia a todos nuestros gastos.
Estamos por elegir candidatos a diversos cargos de elección popular.

Amigas y amigos:
Tenemos que aprovechar este proceso para darle mayor fuerza a nuestra organización. Todos los priístas tenemos una tarea que cumplir, todos tenemos una responsabilidad que asumir.
No queremos candidatos que, al ser postulados, los primeros sorprendidos en conocer su supuesta militancia, seamos los propios priístas.

Asumimos todos estos compromisos de reforma republicana, de reforma democrática y federal; de reforma de los procedimientos y de su contexto; de reforma interna del PRI.
Y lo hacemos porque somos conscientes que la sociedad mexicana ha cambiado y que demanda en consecuencia un cambio en las prácticas políticas. El PRI participará con civilidad y con respeto a nuestro pluralismo en las elecciones del 21 de agosto.
Como candidato del PRI a la Presidencia de México reafirmo mi compromiso indeclinable con la transformación democrática de México.

Que se entienda bien: ese día sólo podrá haber un solo vencedor. Sólo es admisible el triunfo claro, inobjetable, del pueblo de México.
Y para que el pueblo de México triunfe el 21 de agosto, los partidos políticos - todos - tendremos que sujetarnos a la ley y sólo a ella, sin ventajas para nadie, sin prepotencias, sin abusos y sin arbitrariedades.

Por ello, congruente con mi exigencia de una elección democrática, aspiro a que el Congreso de la Unión decida las reformas electorales que procedan, siempre a partir de los consensos que los partidos hemos venido construyendo en el marco del Acuerdo por la Paz, la Justicia y la Democracia, firmado el 27 de enero.

Aspiro a que juntos ampliemos la autonomía y afiancemos la imparcialidad de nuestros organismos electorales, a fin de que la voluntad popular y sólo ella, determine los resultados de los comicios.
Confiabilidad, certeza, regularidad y limpieza electorales no pueden seguir siendo sólo aspiraciones, tienen que ser realidades que se impongan en las conciencias de los ciudadanos. De ahí nuestro compromiso con la participación de observadores en el proceso electoral.
La elección es de la sociedad y por tanto no puede ser un asunto cerrado. Su transparencia exige de la participación de observadores y no excluye que de ella pueda darse el más amplio testimonio, tanto por parte de nuestros ciudadanos como de visitantes internacionales. De ninguna manera tenemos por qué mirar con temor a quienes desean conocer la naturaleza de nuestros procesos democráticos.

Nuestras elecciones - y lo digo con pleno convencimiento - no tendrán vergüenzas qué ocultar.
El PRI estará al frente del avance democrático de México, asumiendo sus responsabilidades y respondiendo a las exigencias de la sociedad mexicana.
En estos meses de intensos recorridos por todo el país, de visita a muchas comunidades, de contacto y diálogo con mi Partido y con la ciudadanía entera, me he encontrado con el México de los justos reclamos, de los antiguos agravios y de las nuevas demandas; el México de las esperanzas, el que exige respuestas, el que ya no puede esperar.
Ese es el México que nos convoca hoy; ese es el México que convoca a mi conciencia; ese es el México al que habremos de darle seguridad, al que habremos de darle rumbo en la nueva etapa del cambio.
Yo veo un México de comunidades indígenas, que no pueden esperar más a las exigencias de justicia, de dignidad y de progreso; de comunidades indígenas que tienen la gran fortaleza de su cohesión, de su cultura y de que están dispuestas a creer, a participar, a construir nuevos horizontes.

Yo veo un México de campesinos que aún no tienen las respuestas que merecen. He visto un campo empobrecido, endeudado, pero también he visto un campo con capacidad de reaccionar, de rendir frutos si se establecen y se arraigan los incentivos adecuados.
Veo un cambio en el campo; un campo con una gran vocación productiva; un campo que está llamado a jugar un papel decisivo en la nueva etapa de progreso para nuestro país.
Yo veo un México de trabajadores que no encuentran los empleos ni los salarios que demandan; pero también veo un México de trabajadores que se han sumado decididamente al esfuerzo productivo, y a los que hay que responderles con puestos de trabajo, con adiestramiento, con capacitación y con mejores salarios.

Yo veo un México de jóvenes que enfrentan todos los días la difícil realidad de la falta de empleo, que no siempre tienen a su alcance las oportunidades de educación y de preparación. Jóvenes que muchas veces se ven orillados a la delincuencia, a la drogadicción; pero también veo jóvenes que cuando cuentan con los apoyos, que cuando cuentan con las oportunidades que demandan, participan con su energía de manera decisiva en el progreso de la Nación.
Yo veo un México de mujeres que aún no cuentan con las oportunidades que les pertenecen; mujeres con una gran capacidad, una gran capacidad para enriquecer nuestra vida económica, política y social. Mujeres en suma que reclaman una participación más plena, más justa, en el México de nuestros días.

Yo veo un México de empresarios, de la pequeña y la mediana empresa, a veces desalentados por el burocratismo, por el mar de trámites, por la discrecionalidad en las autoridades. Son gente creativa y entregada, dispuesta al trabajo, dispuesta a arriesgar, que quieren oportunidades y que demandan una economía que les ofrezca condiciones más favorables.
Yo veo un México de profesionistas que no encuentran los empleos que los ayuden a desarrollar sus aptitudes y sus destrezas.

Un México de maestras y de maestros, de universitarios, de investigadores, que piden reconocimiento a su vida profesional, que piden la elevación de sus ingresos y condiciones más favorables para el rendimiento de sus frutos académicos; técnicos que buscan las oportunidades para aportar su mejor esfuerzo.

Todos ellos son las mujeres y los hombres que mucho han contribuido a la construcción del país en que vivimos y a quienes habremos de responderles.
Yo veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales.
Veo a ciudadanos angustiados por la falta de seguridad, ciudadanos que merecen mejores servicios y gobiernos que les cumplan. Ciudadanos que aún no tienen fincada en el futuro la derrota; son ciudadanos que tienen esperanza y que están dispuestos a sumar su esfuerzo para alcanzar el progreso.

Yo veo un México convencido de que ésta es la hora de las respuestas; un México que exige soluciones. Los problemas que enfrentamos los podemos superar.
Yo me propongo encabezar un gobierno para responderle a todos los mexicanos. El cambio con rumbo y con responsabilidad no puede esperar.
Manifiesto mi más profundo compromiso con Chiapas. Por eso debemos escuchar todas las voces, no debemos admitir que nadie monopolice el sentimiento de los chiapanecos.
Expreso mi solidaridad a todos aquellos chiapanecos que aun no han dicho su verdad, a todos aquellos que tienen una voz que transmitir y a todos aquellos que tienen una palabra que expresar.

Debemos de asumir y debemos de decidir. Debemos de decidir si nos asumimos plenamente como una sociedad plural o si concesionamos sólo a algunos la interlocución de nuestros intereses.
Chiapas es un llamado a la conciencia de todos los mexicanos. Pero nuestra propuesta de cambio, no se limita a responderle solamente a Chiapas. Le queremos responder a todos los mexicanos, a los de todos los pueblos, a los de todos los barrios, a los de todas las comunidades.
Queremos cumplirle a los chiapanecos, pero también a los mexicanos de la Huasteca, a los de La Laguna, a los de la Montaña de Guerrero, a los de la Sierra Norte de Puebla, a los de Tepito o a los de las barrancas de Alvaro Obregón, aquí en el Distrito Federal; a los del puerto de Anapra, en Ciudad Juárez, Chihuahua; a los de la Colonia Insurgentes, en Guadalajara, Jalisco; o a los de San Bernabé, en Monterrey, Nuevo León.
Mi compromiso es con todos los mexicanos; mi compromiso es luchar contra la desigualdad y evitar crear nuevos privilegios de grupo o de región.
Los mexicanos ante el conflicto hemos ratificado nuestra unidad esencial bajo una bandera y nuestro ánimo de concordia.
Nuestras instituciones probaron su legitimidad y su eficacia. De la solución del conflicto, han salido fortalecidas.

Desde aquí manifiesto mi reconocimiento al Ejército Mexicano por su patriotismo, lealtad y entrega en la defensa del interés y la unidad nacionales.
Frente a Chiapas los priístas debemos de reflexionar. Como partido de la estabilidad y la justicia social, nos avergüenza advertir que no fuimos sensibles a los grandes reclamos de nuestras comunidades; que no estuvimos al lado de ellas en sus aspiraciones; que no estuvimos a la altura del compromiso que ellas esperaban de nosotros.
Tenemos que asumir esta autocrítica y tenemos que romper con las prácticas que nos hicieron una organización rígida. Tenemos que superar las actitudes que debilitan nuestra capacidad de innovación y de cambio.

Recuperemos nuestra iniciativa, recuperemos nuestra fuerza, para representar las mejores causas, para ofrecer los caminos de la paz, para responder ante las injusticias.
Recuperemos esos valores. Hagámoslo en esta campaña. Empecemos por afirmar nuestra identidad, nuestro orgullo militante y afirmemos nuestra independencia del Gobierno.
Es la hora de un nuevo impulso económico; es la hora de crecer sin perder la estabilidad financiera ni la estabilidad de precios. La economía, más allá de las metas técnicas, tiene que estar al servicio de los mexicanos.
Por eso, el nuevo crecimiento económico tiene que ser distribuido con mayor equidad, con empleos crecientes, con ingresos suficientes.
Que no nos quepa la menor duda: México cerrará este siglo con una economía mucho más fuerte. Existen las condiciones para hacerlo, la sociedad lo demanda.
La tarea del crecimiento con estabilidad será de todos los mexicanos.
Es la hora de la confianza para todos, la de traducir las buenas finanzas nacionales, en buenas finanzas familiares.

Es la hora de convertir la estabilidad económica en mejores ingresos para el obrero, en mejores ingresos para el campesino, para el ganadero o para el comerciante, para el empleado o para el oficinista, para el artesano o el profesionista, para el intelectual y para las maestras y los maestros de México.
Es la hora de los apoyos efectivos y del impulso al esfuerzo que realizan las mujeres y los hombres al frente de micro, pequeñas y medianas empresas. Que se les lleve a superar sus dificultades, que se les apoye a ampliar sus negocios con mejores tecnologías para que sean más competitivos en los mercados.
Es la hora del gran combate a la desigualdad, es la hora de la superación de la pobreza extrema, es la hora de la garantía para todos de educación, de salud, de vivienda digna. Esa es la reforma social de la que hablé en Huejutla.

Es la hora de hacer justicia a nuestros indígenas, de superar sus rezagos y sus carencias; de respetar su dignidad. Como lo dije en San Pablo Guelatao, Oaxaca: es la hora de celebrar un nuevo pacto del Estado mexicano con las comunidades indígenas.
Es la hora de nuevas oportunidades para el campo de México, como lo comprometí en Anenecuilco, Morelos. Es la hora de enfrentar con decisión y con firmeza la pobreza, y mejorar los niveles de vida de los campesinos.
Es la hora de que el Artículo 27 de la Constitución se exprese en bienestar, en justicia, en libertad para los hombres del campo. Y es la hora de acabar para siempre con todo vestigio de latifundio; es la hora de dar certidumbre al ejido, a las tierras comunales y a la pequeña propiedad.

Es la hora de impulsar la reforma agraria para nuestro tiempo. Es la hora de promover más y mejor inversión en el campo; de alentar de manera mejor y más eficaz, con libertad, la participación de los campesinos.
Es la hora de dar solución a los problemas de la cartera vencida en el campo, del crédito escaso y caro.
Es la hora de asociar los esfuerzos de los productores; es la hora de constituir más cajas de ahorro, más uniones de crédito y de poner en marcha nuevos mecanismos de comercialización.
Es la hora de las regiones de México, para aprovechar mejor los recursos, para aprovechar mejor la capacidad y el talento de cada una de las comunidades del país, de cada ciudad de nuestro país, de cada estado de la República.

Un desarrollo regional que abra las esperanzas de cada rincón de México, que canalice recursos para mantener la infraestructura carretera, ferroviaria, portuaria, hidráulica y energética.
Es la hora de superar la soberbia del centralismo, como lo dije en Jalisco; de apoyar decididamente al municipio. Es la hora de un nuevo Federalismo; es la hora de dotar de mayor poder político y financiero, a nuestros estados, como lo dije en Tabasco; es la hora de garantizar plenamente la conservación de nuestros recursos naturales, de nuestro medio ambiente, de nuestra ecología.
Es la hora de una educación nacionalista y de calidad; es la hora de una educación para la competencia; es la hora de nuestras escuelas, de nuestros tecnológicos; es la hora de la universidad pública en México; es la hora de la gran infraestructura para la capacitación de todos los mexicanos que quieran progresar.
La educación es nuestra más grande batalla para el futuro. A ella destinaremos mayores recursos.

Es la hora de reformar el poder, de construir un nuevo equilibrio en la vida de la República; es la hora del poder del ciudadano. Es la hora de la democracia en México; es la hora de hacer de la buena aplicación de la justicia el gran instrumento para combatir el cacicazgo, para combatir los templos de poder y el abandono de nuestras comunidades.
¡Es la hora de cerrarle el paso al influyentismo, a la corrupción y a la impunidad!
Es la hora de la Nación. Es la hora de ser fuertes todos haciendo fuerte a México. Es la hora de reafirmar valores que nos unen. Es la hora del cambio con rumbo seguro para garantizar paz y tranquilidad a nuestros hijos.

La única continuidad que propongo es la del cambio; la del cambio que conserve lo valioso. Queremos un cambio con responsabilidad en el que no se olvide ningún ámbito de la vida nacional; queremos un cambio democrático para una mejor economía, para un mayor desarrollo social. Y hoy existen las condiciones para lograrlo; la sociedad lo demanda.
Hoy queda claro que los cambios no pueden ser ni marginales ni aislados. La vía del cambio corre en igual sentido y en igual intensidad y urgencia por el campo de la política, por el campo de la economía y del bienestar social.
Con firmeza, convicción y plena confianza, declaro: ¡Quiero ser Presidente de México para encabezar esta nueva etapa de cambio en México!

Amigas y amigos; amigas y amigos:
Asumo el compromiso de una conducción política para la confianza; una conducción política responsable, para llevar a cabo los cambios que requerimos, para cerrarle el paso a toda intención desestabilizadora, de provocación, de crisis, de enfrentamiento.
Haremos de nuestra capacidad de cambio el mejor argumento para convocar a la confianza de los mexicanos, para garantizar la paz, para fortalecer nuestra unidad.
Somos una gran Nación porque nos hemos mantenido básicamente unidos, pero con respeto a la pluralidad.

Queremos un México unido, queremos un México fuerte, queremos un México soberano. Un México de libertades, un México con paz, porque son amplios los cauces de la democracia y de la justicia.

Hay sitio para todos en el México por el que luchamos afanosamente.
Soy un mexicano de raíces populares. Soy un mexicano que ha recorrido en muchas ocasiones nuestro país, que no cesa de maravillarse ante la gran variedad y riqueza humana de nuestra patria y que no cesa tampoco de advertir carencias y dolores.
Me apasiona convivir, compartir, escuchar y comprender al pueblo al que pertenezco. Aprendo diariamente de sus actitudes francas, de sus actitudes sencillas.
Reitero que provengo de una cultura del esfuerzo y no del privilegio. Como mis padres, como mis abuelos, soy un hombre de trabajo que confía más en los hechos que en las palabras. Pero por eso mismo, soy un hombre de palabra, un hombre de palabra que la empeño ahora mismo para comprometerme al cambio que he propuesto: un cambio con rumbo y con responsabilidad.
El gran reclamo de México es la democracia. El país quiere ejercerla a cabalidad. México exige, nosotros responderemos.

Como Candidato a la Presidencia de la República, estoy listo también.
Demos nuestro mayor esfuerzo en ésta elección.
Vamos a echarle ganas.
No hay que bajar la guardia.
Vamos por la victoria.
Ganémosla con México y ganémosla para México.
¡ Que viva el PRI !
¡ Que viva México !
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