miércoles, 16 de abril de 2008

Los mexicanos insisten en gastar de más, pedir prestado y desdeñar el ahorro

Una encuesta de Banamex y la UNAM retrata la relación con el dinero


Aunque algunos políticos por conveniencia intentan causar descrédito a las encuestas, son ejercicios valiosos, que expresan la realidad.

Además, resulta muy agradable encontrar la respuesta a preguntas que uno se hace o le hace a los demás.

Es el caso de la Primera Encuesta sobre Cultura Financiera en México que realizó la Facultad de Sicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) con el patrocinio del Banco Nacional de México (Banamex).

El documento es un retrato colorido de los mexicanos y su relación con el dinero.

Y es que expone no sólo como lo utilizan y lo distribuyen, sino como les gustaría manejarlo, cómo les interesa en general obtener más provecho del fruto de su trabajo.

El estudio refleja también las preocupaciones de los mexicanos, que aspiran a proteger a su familia tanto con instrumentos de previsión de riesgos como con capital suficiente para enfrentar distintas etapas de la vida.

Se lo comparto, con la pretensión de provocar que haga sus propias reflexiones, que aplique a su situación lo que pasa en otros 2,000 hogares mexicanos, cuyos jefes de familia respondieron con honestidad a los encuestadores.

Por principio revisemos un gráfico que habla de la falta de previsión, porque 13% manifestó haber pedido prestado dinero a amigos o parientes.

Esas operaciones son de muy alto riesgo tanto para el prestador como para el solicitante de los fondos, toda vez que relaciones importantes pueden terminar por el incumplimiento del pago, o por exigencia temprana del mismo.

Por más que los expertos recomiendan mantener una cantidad para emergencias de menor tamaño, la mayoría prefiere que otros hagan la reserva y solicitarla, sin más. Evidente falta de previsión.

Y por lógica cuando la pregunta se dirige a quién se acudirá en caso de una emergencia económica 74% contestó que su primera opción es la familia; se asume que alguien debe tener ahorros disponibles para prestarlos, a alguien se le asigna la responsable actitud, sin ninguna seguridad.


Cadena de errores.

Por lo que hace a los niños la respuesta causa estupor, preocupación porque no hay forma de romper la cadena de errores en la administración del ingreso.

Basta saber que en los hogares encuestados sólo 1% de los niños mantiene una cuenta de ahorro.

Además, en 36% de los hogares objeto del estudio no se conforman reservas, el ahorro simplemente no existe.

Un siguiente dato explica en parte la situación: los hogares carecen de un mapa sobre la distribución del ingreso.

Así únicamente 18.5% de los encuestados lleva algún tipo de registro de sus deudas, gastos, ingresos y ahorro, por lo que la mayoría no dispone de evidencias sobre el destino de sus fondos.

Las fugas no serán detectadas, el dinero puede filtrarse por agujeros, y entonces se antoja difícil corregir las desviaciones.

mtizq@eleconomista.com.mx


Gana la informalidad.

Causa tristeza que las víctimas de fraudes no consigan convencer del riesgo en que se incurre al confiar los recursos a supuestos expertos.

La encuesta de la UNAM Y Banamex sobre Cultura Financiera en México confirma el imperio indestructible de los organizadores de tandas, cajas de ahorro en escuelas, oficinas o hasta en el ámbito familiar.

De la población consultada 26% confesó que en el último año un miembro de la familia participó en una tanda, y 70% de ellos lo hizo porque consideró a las también conocidas como pirámides o escaleras la única alternativa a su alcance para ahorrar.

Y ganar rendimientos no parece relevante porque 22% mantuvo dinero en casa, 5% le pidió a un familiar o conocido guardar el dinero, mientras otro 5% participó en una caja de ahorro familiar, vecinal, o en la oficina.

La cantidad de historias que se cuentan sobre los incumplimientos a los socios de esas tandas y cajas podrían llenar un estadio, y ni así las personas se alejan del riesgo.


Necesario desdén.

En una plática para fomentar el ahorro para el retiro en una comunidad específica apliqué un ejercicio sobre las prioridades de las personas.

Aunque las variables no fueron iguales, obtuve resultados semejantes a los de Banamex y la UNAM: para la mayoría el ahorro para la jubilación no es una prioridad.

La satisfacción de necesidades inmediatas o de corto plazo desplazan siempre al propósito de constituir una reserva para cubrir los gastos durante el retiro.

También la compra de seguros se aplaza o cancela con cualquier argumento, principalmente por la canalización de los fondos a otras necesidades que se clasifican como más importantes.

Lo que resulta alentador es que en una situación de solvencia, las personas en general asignan en su presupuesto partidas significativas a la adquisición de pólizas de vida y de gastos médicos, mientras que se procurará ahorrar para el retiro hasta 35% del ingreso, lo que revela el interés por una jubilación placentera.

Al igual que las empresas exitosas, las personas deben controlar su dinero

Joan Lanzagorta

Estrategias efectivas permiten ahorrar, invertir y ganar


Supongamos que somos directores generales de una empresa y nuestro objetivo más importante es obtener utilidades en la operación, para incrementar el patrimonio de nuestros accionistas.

Finalizada la gestión anual podríamos decir: "no generamos patrimonio este año; tuvimos muchas ganancias, pero no sabemos qué pasó con ellas".

En una situación así los accionistas reaccionarían de manera tajante. Seríamos destituidos e incluso dependiendo de la gravedad podrían llegar a demandarnos.

Ellos se preguntarán: ¿por qué pasó eso; por qué no hubo un plan de acción; por qué la compañía no tuvo un control sobre sus flujos de efectivo? Pues bien, esto mismo le pasa a muchos mexicanos en el manejo de las finanzas de su hogar.

Muchos no saben a dónde se fueron los ingresos que generaron durante el año, simplemente porque no tienen un control de su flujo de efectivo. Y al igual que en una empresa, esto produce resultados desastrosos en el patrimonio familiar.

El ejemplo anterior pretende ilustrar la importancia del manejo adecuado de nuestro flujo de efectivo. Mientras mejor lo hagamos, podremos encontrar más y mejores formas de tener dinero disponible para ahorrar, invertir y construir un patrimonio.

No tenemos que quitar los pequeños placeres. Desafortunadamente, muchas personas pasan de largo este elemento clave para su planeación financiera personal.

Tienen la noción equivocada de que la única forma de lograr sus metas financieras es a través de un buen apretón de cinturón, es decir ahorrar unos cuantos pesos aquí o allá o no gastar en pequeñas cosas.

Es cierto que cortar esas pequeñas cosas, sobre todo en situaciones difíciles, nos puede generar un buen ahorro.

Sin embargo quitar esos pequeños placeres de nuestra rutina no es el objetivo de la planeación financiera, por el contrario debemos mejorar nuestra calidad de vida.

Por eso debemos enfocarnos en aplicar tácticas y estrategias de manejo de flujo de efectivo que algunas compañías exitosas usan.

Tratar de tomar decisiones financieras más acertadas e inteligentes, relacionadas a las cosas más grandes como los impuestos, manejo de deudas, compra de automóviles y bienes raíces, etcétera.

Un buen manejo del flujo de efectivo en estas áreas casi siempre se traduce en muchos miles de pesos de ahorro al año, ahorros que pueden destinarse fácilmente a nuestras inversiones.

Estos pagos, particularmente los de créditos automotrices e hipotecarios y los de tarjetas de crédito pueden significar varios miles de pesos al mes.

Ganando incluso un pequeño porcentaje de intereses sobre estos montos, se puede generar una cantidad importante de efectivo potencialmente destinado a inversión en el año.

Un buen enfoque para manejar el flujo de efectivo y pagar cuentas debe considerar: Oportunidad. No pagar pronto ni tarde, sino a tiempo. Uno puede aprovecharse del periodo de gracia, es decir el periodo entre la fecha de corte de nuestra cuenta y la fecha límite de pago, que es cuando el dinero que debemos puede estar ganando un interés de corto plazo.

Debemos guardar el efectivo, mientras no tenemos que pagarlo, en una cuenta que nos brinde liquidez y rendimientos reales como una sociedad de inversión en instrumentos de deuda, en lugar de hacerlo en cuentas de cheques o de ahorros que nos darán nada.

Simplemente, antes de que tengamos que hacer un pago, podemos transferir dinero de dicha sociedad de inversión a nuestra chequera.

Sincronizar. Aunque nuestras tarjetas de crédito, pagos de luz, teléfono, renta, etcétera tengan diferentes fechas de pago, una alternativa para los "olvidadizos" puede ser sincronizarlos con el fin de tener sólo una o dos fechas al mes para realizar pagos.

Para esto, podemos aprovechar el cargo automático de diferentes servicios como teléfono, televisión de paga, o incluso colegiaturas en algunas instituciones, a nuestra tarjeta de crédito. Esta medida disminuirá sensiblemente las preocupaciones.

También podemos pedir el cargo automático de nuestra tarjeta contra nuestra cuenta de cheques. Entonces lo único que tendremos que hacer es pasar un poco de dinero de nuestras inversiones a nuestra chequera una o dos veces al mes.

Programar . Al hacer su presupuesto muchas personas suelen olvidar el componente del ahorro. Piensan que si logran cumplir el presupuesto tendrán dinero a fin de mes.

Sin embargo, el ahorro debe ser considerado como un pago similar al de la luz o cualquier otro servicio.

Si por el contrario cada mes ponemos un monto en nuestro presupuesto para el ahorro y lo depositamos en una cuenta separada en el momento en que recibimos un ingreso, lo que sobre a fin de mes puede ser utilizado como un incentivo, como un pequeño premio a nosotros, de que logramos cumplirlo.

Ganar. No perder dinero pagando intereses. Al utilizar nuestra tarjeta de crédito como una alternativa de pago para manejar nuestro flujo de efectivo, pagando puntualmente cada mes el saldo total podremos evitarnos el cobro de cargos financieros.

Además, tendremos el periodo de gracia para invertir a corto plazo el dinero para el pago de la misma y generar intereses a favor.

Por ejemplo, si uno gasta en promedio 10,000 pesos mensuales y coordina sus pagos para hacerlos a tiempo según las estrategias mencionadas, al cabo de un año podría obtener un ingreso adicional superior a 511 pesos, que de otra manera no se tendrían y cuyos intereses se podrían reinvertir a largo plazo generando grandes beneficios en nuestras inversiones.

Cualquier negocio bien manejado sigue estas simples pero efectivas estrategias en el manejo de efectivo. ¿Porqué nosotros no? Con mucho gusto recibiré sus dudas, inquietudes y comentarios en mi dirección de correo electrónico: jlanzagorta@eleconomista.com.mx
Powered By Blogger