lunes, 11 de agosto de 2008

Crear condiciones acordes a la capacidad de pago alivia el sobreendeudamiento

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Perder el empleo y la enfermedad de un familiar son los principales motivos


No son pocos los amigos que tengo que están metidos en dificultades con sus tarjetas de crédito, en algunos casos conozco el origen del problema, pero en otros no sé lo que les ha pasado.

El caso más reciente es un primo muy cercano que está en proceso de vender una casa de veraneo para pagar sus tarjetas.

¿Qué es lo que pasa? No veo mala fe, ignorancia o tontería.
Gerardo Pérez M.

Estimado Gerardo:

Estoy de acuerdo contigo, a diferencia de opiniones que he escuchado por parte de algunos profesionales en cobranza y algunas personas en los departamentos de recuperación de adeudos en bancos, puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que la gran mayoría de las personas que se encuentran sobreendeudados y no pueden pagar no lo han hecho en un ánimo de defraudar a quienes les han otorgado préstamos.

La experiencia de asesorar a más de 1600 casos de deudores en mora en México y lo que he investigado de la práctica internacional apuntan a varias razones específicas por las cuales estas personas se encuentran en dificultades.

La razón más sencilla es la pérdida del empleo, agravada por el hecho de que al momento en que cesan los ingresos no se llevan a cabo los ajustes al gasto y el déficit resultante acaba por ser alojado en las tarjetas de crédito.

La segunda razón es la enfermedad de un familiar. El costo de gastos médicos en México es similar a economías donde el salario promedio es mucho más elevado.

Vivimos en el tradicional sistema de la familia extendida que carece de una cultura del seguro adecuada; cuando enferma un familiar sin seguro, se afecta la economía de la familia entera ya que los ingresos de todos se canalizan al enfermo y se cubren los gastos cotidianos con tarjetas de crédito.

No pierda el control

La tercera razón es la falta de cultura financiera. Las personas consideran la línea de crédito como parte de su ingreso disponible al olvidarse del elevado costo de intereses.

La presión por prestar de los bancos, aunado con el error de aplicar parámetros utilizados en otros países para la colocación de plásticos, facilita que clientes con una capacidad de pago limitada puedan obtener múltiples tarjetas de crédito que llenan a capacidad hasta que sus ingresos son insuficientes para pagar su gasto cotidiano y los pagos mínimos de sus tarjetas.

La pérdida del control sobre las tarjetas es una razón que empieza a ser cada vez más común, en algunos casos hay personas que, por el hecho de tener siete u ocho o más plásticos, pierden el control de los pagos sobre los mismos.

Hay una serie de coincidencias que han surgido entre las personas sobreendeudadas a las que les he dado Coaching Financiero que apuntan a la época del 2003 o del 2004 como el momento en donde empiezan a perder el control sobre sus créditos. Coincide con la aparición de las primeras ofertas de 3 o 6 meses sin intereses.

La forma confusa en que estas operaciones aparecen en el estado de cuenta, o bien el hecho de que ya no se liquida cotidianamente la totalidad adeudada, han llevado a la pérdida del control y al sobreendeudamiento.


Mantenerse a flote

La economía ha cambiado y empuja a muchos al autoempleo y a la formación de pequeñas y medianas empresas. La situación es difícil y no son pocos los nuevos negocios que se ven negativamente afectados por la falta de liquidez en el sistema; casi todo mundo paga con retrasos y eventualmente fracasan.

La lucha por mantener a flote los nuevos negocios absorbe las reservas de sus dueños y, en muchas ocasiones, al quebrar les deja fuertemente endeudados con el fisco o bien con los bancos y personas que les apoyaron.

En mi opinión, ninguna persona sobreendeudada por alguna de las razones arriba ilustradas merece el trato arrogante y agresivo de que son víctimas por parte de los departamentos de cobranza o de algunos bufetes legales que ejercen esta función.

La solución es la capacitación y otorgamiento de condiciones que sean acordes a la verdadera capacidad de pago del deudor.


*Ricardo G. Mayer es Doqtor Ahorro, un especialista en todo lo relacionado con las Finanzas Personales. Envíe sus dudas y comentarios a: doqtorahorro@eleconomista.com.mx
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