jueves, 27 de septiembre de 2007

Pagar deudas e invertir conducen a una vida mejor

Muy pocas son las personas que logran conseguir la felicidad y la plenitud que todos buscamos en la vida.

Joan Lanzagorta

Se puede hacer rendir más el ingreso familiar

Muy pocas son las personas que logran conseguir la felicidad y la plenitud que todos buscamos en la vida.

Contrario a lo que se pudiera pensar, esto no se debe a la falta de dinero. Se debe a que no logran enfocarse hacia sus sueños, sus objetivos y metas de vida y por lo tanto, fallan en conquistarlos.

Mucha de esta gente sigue el enfoque tradicional de ahorrar para su retiro, o para dejarle "algo" a sus hijos.

Otra, busca llenarse de artículos poco útiles gastando mucho más de lo que tiene y adquiriendo grandes deudas.

Lo peor de todo es que pocos se dan cuenta de su error. Por eso es importante que, al menos una vez al año, cada persona se siente a reflexionar sobre lo que realmente quiere en su vida, lo que puede resolver muchos problemas.

Para muchas personas, lo principal es su familia. Por eso, para darles todo, suelen trabajar horas extras, se preocupan demasiado por su empleo, dejan de ver a sus amistades y vuelven tarde a casa; es decir, terminan por sacrificar eso que es lo que más quieren.

Si uno quiere vivir mejor, debe terminar con esto. No se trata de dejar lo que se tiene, ni de ser menos productivo en el trabajo. Por el contrario, lo que se requiere es cambiar de dirección y seguir los siguientes pasos: 1. Modifique su estilo de vida. En la actualidad, y aunque no lo crea, muchas personas dejan negocios y empleos muy lucrativos en aras de lograr una vida simple.

Todas ellas se han dado cuenta, y creen firmemente, que la clave para la felicidad financiera es gastar menos de lo que ganan.

Sin embargo, saben que cada persona puede determinar qué es lo que está bien con relación a sus ingresos, inversiones y gastos. Uno podría tener toneladas de dinero, y aún así no vivir la vida que realmente quiere.

Uno debe pensar y analizar cuidadosamente sus diferentes alternativas de vida, y las consecuencias financieras de hacer dichos cambios.

Tal vez se desee que alguno de los miembros de la pareja deje el trabajo y se quede en casa con los hijos; o quizás la familia tenga el suelo de huir de la gran ciudad hacia un pueblo más tranquilo.

Desde luego, cualquier cambio que se quiera tener debe realizarse en forma planeada, analizando todas sus posibles consecuencias; no necesita ser muy grande: pasos pequeños pueden hacer un mundo de diferencia.

2. Ponga primero a su familia. Como país, en México estamos trabajando más horas y pasamos menos tiempo con nuestras familias.

Dejamos a nuestros hijos frente al televisor o con juegos de video, olvidándonos de la importancia que tiene platicar con ellos de manera frecuente; es muy fácil caer en este tipo de patrones, pero también lo es salir de ellos.

Tal vez ese proyecto que tiene sobre el escritorio no pueda esperar para mañana. Eso siempre pasa, y uno no puede desatenderlo.

Sin embargo, los hijos también crecen muy rápido, y ese tiempo que dejamos de pasar con ellos lo podemos lamentar y ellos también en el futuro.

3. Cuando trabaje, piense en usted mismo. La noción tradicional del trabajo era, literalmente, sacrificar su vida por la de su empresa.

Esto siempre ha sido una gran contradicción. Con la ola de fusiones y adquisiciones que hoy se está viviendo, es posible que su empresa en un futuro ya no lo sea más. Por eso es importante invertir en uno mismo: educarse, prepararse.

En Estados Unidos, cada vez más familias inician un negocio propio, que les pueda dar ingresos adicionales, que fomenten la unión familiar y que pueden significar la diferencia en caso de quedar desempleado.

4. Haga rendir el dinero que lleva a casa. Mientras más lo aproveche, menos necesitará ganar para conservar su nivel de vida. Ojo, no estamos hablando de privaciones, sino de vivir sin complicaciones, negociar los mejores precios, etcétera.

5. Convierta sus deudas en inversiones; esto es un paso esencial: cuando uno está endeudado, su dinero siempre trabaja en contra suya.

Por el contrario, cuando las deudas se pagan y se comienza a invertir, uno está construyendo su camino hacia la libertad financiera, que poco a poco y con paciencia, algún día llegará.

Con mucho gusto responderé a sus dudas, inquietudes y comentarios en mi dirección de correo electrónico: jlanzagorta@eleconomista.com.mx
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