martes, 27 de noviembre de 2007

A propósito del Acuerdo Nacional por una Comunicación de Calidad

Por Raúl GONZÁLEZ ROMERO*

Hace unos días, bajo la convocatoria de una asociación civil preocupada por los contenidos de los medios masivos de comunicación en México, se llevó a cabo la firma de un compromiso de alcance nacional que tiene como propósito fundamental lograr consensos importantes para que la sociedad mexicana, principalmente los niños y jóvenes, tengan acceso a programas formativos de radio y televisión donde los principales promotores para el cumplimiento de dicho objetivo sean los concesionarios y permisionarios del país.

Por un lado, si se le juzga por la cantidad de asistencia lograda para realizar una firma en la residencia oficial de Los Pinos, misma que habla de una respetable capacidad de convocatoria de la asociación A Favor de lo Mejor, que preside Héctor Larios Santillán (pero quien coordina todos los esfuerzos es Don Francisco González Garza), podemos afirmar categóricamente que significó todo un gran, loable y significativo logro. Ahí estuvieron presentes, no sólo representantes de la industria de la radio y televisión adheridos en su cámara respectiva, sino además quienes mueven grandes cantidades de dinero a través de diversos sistemas de anunciación en eso medios, representantes de las empresas que más publicitan sus productos y servicios: Grupo Bimbo, Unilever, Grupo Modelo, Procter &Gamble, Warner Bro Co., FEMSA, Nestlé, etc.

Ahí mismo comprometieron también su palabra quienes representan a un cada vez más creciente número de usuarios y colaboradores, los del sistema de estaciones de radio y televisión educativas y culturales del país. De suyo sobra argumentar la inexistente humildad en la digna apropiación de los motivos y principios que originaron dicha convocatoria por parte de los dos sistemas de televisión abierta, televisión azteca y televisa. Los representantes de ambas empresas sólo como trámite llegaron a hacer uso del micrófono para justificar lo que desde su propio punto de vista entienden como calidad en los contenidos de sus canales a través de sus departamentos y consejos de autoregulación. Queda justificado en este comentario las voces de diversos organismos no gubernamentales, colegios de profesionistas, así como de otras asociaciones civiles mexicanas, quienes de manera paralela e inmediata argumentaron en diferentes medios la serie de improperios y faltas de respeto expresadas en ese evento, avalado por la presidencia de la república.

Puede argumentarse que estuvieron presentes en esa firma de acuerdo todos los representantes de la sociedad mexicana en su conjunto. Sin embargo no fue así. Aunque en la asociación convocante una gran cantidad de instituciones educativas participa activamente en la realización y consolidación de los objetivos que se tiene establecido en los documentos básicos de A Favor de lo Mejor, estas no tuvieron voz, mucho menos espacio para fijar su postura ante el presidente de la república y, en consecuencia, ante los mexicanos. Y eso resulta una grave omisión porque es en las instituciones educativas dónde se aprende a tomar decisiones conscientemente, donde se forja al alumno para que realice ejercicios de búsqueda y comparación informativa, donde se consolidan los criterios de elección; eso resulta fundamental porque en el evento opinaron todos, menos quienes se enfrentan día a día con seres humanos en una constante incertidumbre ante una realidad saturada de información, la gran cantidad de ella emergida de los medios electrónicos justamente.

A propósito de lo anterior, y ante la ausencia de una política nacional de comunicación emanada del estado, organismos como el que convocó a esta firma, realizan importantes esfuerzos y contribuciones que son fundamentales en nuestros tiempos para entender la calidad de la comunicación nacional. Importante sería conocer, muy lejos de los debates por los recursos financieros, o mejor dicho, por la lucha gestada para entregar concesiones y permisos para la operación de la radio y la televisión en el país, ante el mundo tan cambiante en materia tecnológica que impacta a los grandes sistemas de comunicación –como es el caso de la digitalización o el sistema triple play-, cuál es política gubernamental en este tan importante tema.

Para finalizar, si se trataba de llegar a un acuerdo nacional, qué importante hubiera sido sumar la postura, experiencias y aportaciones de los estudiosos de la comunicación agrupados en diferentes y respetables organismos en el país, con probada calidad moral en la materia, como la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación, AMIC; Consejo Nacional para la Enseñanza de las Ciencias de la Comunicación, CONNEIC; Asociación Mexicana de Comunicación Organizacional, AMCO; entre otras.

Que importante y enriquecedor hubiera sido.

*Director de Comunicación Institucional de la Universidad IUEM

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