jueves, 20 de diciembre de 2007

Cosas para vivir mejor en el 2008

Editorial / EL ECONOMISTA

20/dic/2007


Cada cierto tiempo me gusta compartir con los lectores algunas de las cosas que pueden ser saludables para vivir mejor. Desde luego la lista es breve y, por completo, subjetiva, pero hay evidencia de que, varias de ellas, en efecto ayudan. Veamos.
Otto Granados*



Cada cierto tiempo me gusta compartir con los lectores algunas de las cosas que pueden ser saludables para vivir mejor. Desde luego la lista es breve y, por completo, subjetiva, pero hay evidencia de que, varias de ellas, en efecto ayudan. Veamos.


- Ocúpese del futuro.

Si piensa que todo tiempo pasado fue mejor, olvídese. Lo que viene será infinitamente más excitante y divertido. Jacques Attali ha publicado este año, en un libro alucinante -Breve historia del futuro- el mapa del mañana: los estados se debilitarán y buena parte de los servicios -ejército, policía, electricidad, educación, energía- serán privados, abriendo modelos de negocio insospechados. El ciclo que va desde la creación hasta la producción y comercialización de productos alimenticios o prendas de vestir se reducirá de un mes a cuatro días; el de los autos y electrodomésticos bajará de dos años a seis meses, y los medicamentos de siete a cuatro años, y así sucesivamente. En suma: deje atrás la nostalgia y asista a un espectáculo inédito.


- Tómese un sabático.

Como, según el poeta, la vida es larga, haga un paréntesis. Deje de preocuparse por las boberías de los políticos, los errores de los economistas y la cursilería de Vail o Cancún. Ahora váyase a enseñar español en China, participe en proyectos ecológicos en Costa Rica, trabaje en una granja en Noruega o construya aulas en Zambia. Viva otra experiencia -y, además, remunerada- como las que ofrece la organización española Sabática (www.sabatica.org) en casi 30 países.


- Organice las prioridades.

Con frecuencia perdemos el sentido de las prioridades. Por lo tanto, es indispensable clarificar si nuestras aspiraciones se centran en el amor, el poder, el dinero, el hedonismo, la popularidad o el conocimiento. Como no somos buenos para todo ni para todo hay tiempo o recursos, hay que focalizar la energía hacia lo que verdaderamente se anhela. Dicen los que saben que el conocimiento y el amor son las grandes pasiones existenciales y las que producen los mayores niveles de satisfacción en la vida.


- Mudarse de ciudad....al menos temporalmente.

Cuando empezó la Guerra Fría, en los años cincuenta, había unos 60 países independientes; hoy existen 192 representados en las Naciones Unidas. ¿Porqué limitarse a una ciudad o, peor todavía, a una zona de la ciudad, habiendo tantas opciones ahora? Decía Julio Cortázar que es preferible ser nada en una ciudad que lo es todo a ser todo en una ciudad que es nada. El mundo no empieza ni termina en Polanco.


- Cambiar de trabajo....si puede.

Cada vez más personas cambian de trabajo porque quieren ordenar sus prioridades y darle valor a las pequeñas cosas de la vida cotidiana: cuidar a la familia y a los amigos, descubrir las novedades literarias, dejar atrás el estrés, salir al cine, sostener pláticas inteligentes, pasear al perro, cocinar para otros y entender mejor al mundo y la vida a través de la lectura, los viajes y la reflexión. En breve: construir una estructura vital balanceada entre los nuevos desafíos, la creatividad, la serenidad, el placer y el gozo del tiempo.


- Emparejarse.

Las investigaciones más serias demuestran que la gente felizmente casada o emparejada es física y psicológicamente mas saludable que la soltera, tiene una situación financiera mejor (los casados ganan salarios 27 % más altos que los solteros) y su sexualidad es mucho más satisfactoria. Así que si se tiene una pareja leal, inteligente, generosa y divertida, cuídela porque es una suerte.

Si la que tiene no es ninguna de esas cosas, entonces cámbiela para que no le eche a perder sus próximos años. Y si, sencillamente, no tiene una, consígala.


otto.granados@itesm.mx.

Esta columna aparecerá nuevamente hasta el 10 de enero.
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