martes, 22 de enero de 2008

La correcta planeación empieza por la identificación de valores

Finanzas Personales
EL ECONOMISTA

22/ene/2008


En nuestra colaboración anterior, hablamos sobre la importancia de que nuestro dinero esté en sincronía con nuestros valores.
Joan Lanzagorta



En nuestra colaboración anterior, hablamos sobre la importancia de que nuestro dinero esté en sincronía con nuestros valores.

Mencionamos que lamentablemente muchas personas no logran cumplir sus propósitos de vida, porque las metas que se ponen no están alineadas con sus pensamientos más profundos, conscientes o inconscientes, que determinan sus acciones.

Estas personas intentan cambiar de "afuera hacia adentro", tratan de modificar sus pensamientos a partir de sus acciones, y por eso fallan.

El verdadero cambio, el más efectivo, ocurre cuando se intenta cambiar de adentro hacia afuera, desde lo más profundo de nuestro interior, desde lo que nos define, es decir nuestros valores.

Para algunas personas esto es tarea fácil, ya que tienen muy claro cuáles son sus valores más importantes, pero otros pueden sentirse muy confundidos o pasar horas pensando al respecto sin escribir una sola palabra.

Una sugerencia puede ser escribir en una hoja todos los valores que se nos ocurran, y luego tratar de darles prioridad.

Ejemplos de estos valores pueden ser: libertad, responsabilidad, compromiso con la comunidad, amor, salud, respeto, dedicación, familia, humildad, etcétera.

Recordemos que los valores son preceptos, por lo que debemos eliminar de la lista acciones como por ejemplo la puntualidad, ganar dinero o ser delgado, porque todas ellas están gobernadas por valores, por algo más alto e importante.

Cuando lo hacemos de esta manera, podemos olvidar algunos de nuestros valores más importantes que gobiernan muchas de nuestras acciones, simplemente porque no los tenemos frescos en la cabeza.


Revisión interior.

Una de las formas más fáciles es encontrarlos es analizar nuestras propias acciones. Por ello, ponemos a consideración de nuestros lectores el siguiente método: 1. Pongamos atención en todo lo que hacemos, en los diferentes papeles que desempeñamos como trabajadores, esposos, padres, amigos.

¿Qué es lo que más nos gusta hacer, en cada uno de esos papeles; qué es lo primero que pensamos al levantarnos? Nuestras acciones como ya mencionamos, nos pueden dar una idea muy clara de en qué es lo que hemos puesto más atención en nuestra vida.

2. Tomemos una hoja de papel y tracemos dos columnas: en la izquierda hagamos una lista de las actividades en nuestra vida, sobre todo aquellas que repetimos o bien, las que más nos gustan hacer y para cada una de ellas, en la columna derecha, listemos un valor al cual dicha actividad se refiere.

Por ejemplo, si nos gusta y pasamos mucho tiempo con nuestros hijos, el valor subyacente para esta actividad es sin duda alguna la familia. Si somos un trabajador incansable, posiblemente sea la responsabilidad la que nos mueve.

No dejemos de listar actividades que consideramos negativas, pues quizá somos flojos y nos pasamos el fin de semana viendo la tele. El valor asociado siempre será un atributo positivo, incluso si pensamos que la acción es negativa.

3. Una vez que hemos terminado, tomemos otro pedazo de papel y escribamos cuál sería nuestro día ideal. Es decir, si tuviéramos todo el dinero del mundo y no tuviéramos problema alguno.

Escribamos la historia de lo que haríamos desde el momento en que despertamos en la casa de nuestros sueños, y cómo sería ese día, actividad por actividad.

Finalmente, repitamos el proceso mencionado anteriormente: listemos del lado izquierdo todas esas actividades, y del lado derecho el valor que las gobierna.

4. Tomemos ambas listas y comparémoslas. ¿Lo que estamos haciendo hoy en día es similar a lo que sería nuestro día ideal? Para la mayoría de la gente no es así. Sin embargo, este ejercicio nos permite descubrir qué es lo que somos y de alguna manera qué es lo que queremos ser.

Veamos la lista de todos esos valores, y señalemos los que tienen más significado para nosotros. Esos son nuestros valores más importantes.

5. Tomemos otra hoja de papel y listemos esos valores por orden de importancia.

Primero el más importante.

Con mucho gusto recibiré sus dudas, inquietudes y comentarios en mi dirección de correo electrónico: jlanzagorta@eleconomista.com.mx


La clave en los primeros cinco.

Los primeros cinco valores son aquellos en los que nos tenemos qué enfocar para realizar cualquier planeación de vida.

Sí, incluso la planeación financiera personal. No es que los demás no sean importantes, pero los primeros cinco son claves.

Recordemos que nuestros valores están en constante cambio, al igual que nosotros. Por lo tanto, es muy importante hacer este ejercicio por lo menos una vez cada año, o antes si se da un cambio sustancial en nuestra vida. Por ejemplo, cuando nos convertimos en padres.

En nuestra siguiente colaboración hablaremos acerca de cómo podemos construir un plan financiero que nazca de esos valores.
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