miércoles, 13 de febrero de 2008

Los quisquillosos están mejor protegidos

Finanzas Personales

13/feb/2008


Evitan pérdidas quienes revisan estados de cuenta y pólizas.
María Teresa Izquierdo

Carlos Lara presume de ser el más quisquilloso.

Así, revisa minuciosamente la cuenta en el restaurante.

También cuando le expiden una factura solicita la revisión en la pantalla de la computadora, para que la impresión sea correcta.

Cada mes por supuesto, revisa los informes de sus cuentas bancarias, en especial los de sus tarjetas de crédito, para detectar cuanto antes cargos indebidos y reclamar a tiempo en el banco.

Por un evento fortuito descubrió con horror que circula con un coche sin seguro; un siniestro menor le permitió saber que la póliza que guarda en su casa, y de la que lleva una copia en la guantera, no ampara ni a su vehículo ni a su persona.

Por un error de ejecutivos de instituciones financieras, un banco y una aseguradora, la póliza que le entregaron protege a otro vehículo y con seguridad a otro conductor.

Se siente absolutamente culpable, porque de ser clasificado como chocante, pasó a descuidado.

Porque admite que cuando le entregaron la póliza sólo la fotocopió, y luego la guardó en el archivo de su hogar.

No se tomó unos minutos para verificar los datos, que en el documento estuviera correcto su domicilio, su nombre, el alcance de la cobertura, así como los datos del automóvil objeto de la protección: número de serie, de motor, etcétera.

Le causa escozor pensar en lo que habría pasado si el siniestro hubiera sido de mayores consecuencias.


Obligado revisar.

Cuenta en la afore. Confirmar que el patrón realiza las aportaciones completas, de acuerdo al salario.

Se deben revisar tanto la subcuenta de vivienda como la de Retiro, Cesantía en Edad Avanzada y Vejez, así como las de aportaciones voluntarias.

Es obligación de las afores enviar al domicilio del afiliado dos veces al año el estado de la cuenta individual de retiro.

La realidad es que la mayoría ni abre la correspondencia, y en algunos casos ni siquiera identifica la afore encargada de la administración de los fondos. Así, no hay manera de detectar cuando la cuenta ha sido trasladada indebidamente a otra afore.

Crédito hipotecario. Enriqueta Cosme descubrió por accidente que por un periodo mayor, le aplicaron indebidamente descuentos de nómina por la compra de un departamento que adquirió con un crédito de un instituto de seguridad social.

La institución tuvo que devolverle 200,000 pesos que le había cobrado de más, y que ella aplicó en la compra de una nueva casa.

Pero está consciente de que pudo haber perdido el dinero, de no haberse dado nunca cuenta del error.

Cada pago de un crédito hipotecario debe cotejarse con el estado de cuenta, que permite además conocer si se mantienen las condiciones en que se contrató el crédito.

Tarjetas de crédito y débito. Requieren de seguimiento puntual. Cada cargo y abono debe ser cotejado, para que funcionen como una herramienta efectiva en el manejo de los recursos, en vez de una ventana para la fuga del ingreso por cargos no autorizados o abonos extraviados.

Pólizas de seguro. En general, las coberturas deben ser revisadas y en cada renovación o cambio se debe confirmar la exactitud de las condiciones contratadas.

Comprobar que aparecen los nombres correctos de todos los beneficiarios, para que cuando deban ejercer su derecho no enfrenten complicaciones.

Se deben también revisar sumas aseguradas, y que el programa de protección convenido se plasme en el documento que acredita la suscripción.

Facturas. En la propia pantalla, o antes de salir del establecimiento emisor se debe revisar que los datos sean correctos, cada letra, cada número, porque de lo contrario no servirán para obtener deducciones.

También es necesario comprobar que no tengan correcciones, manchones, borrones, que también anulan la utilidad de esos documentos.

mtizq@eleconomista.com.mx
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